El Barça de Pesic se exhibe en Atenas

Navarro supera a Spanoulis durante el duelo en Atenas

Navarro supera a Spanoulis durante el duelo en Atenas / EFE

Xavi Martínez Olivar

Xavi Martínez Olivar

Decididamente, el Barça Lassa es otro desde que llegó Svetislav Pesic al banquillo. El técnico serbio ha inoculado su gen ganador a un colectivo que iba sin rumbo, su espíritu de sacrificio y el que significa defender los colores del Barça.

Se intuyó desde que aterrizó el primer día en el Palau y se confirma en cada partido. Y ese 'nuevo' Barça dio una nueva lección arrasando al Olympiacos -segundo clasificado- en su propia salsa del pabellón de 'La Paz y de la Amistad de Atenas' donde sólo había perdido un partido esta temporada en Euroliga. Poco importó que el Barça, a diferencia de los atenienses, que defienden su segunda plaza, no se jugara nada por que ya estaba virtualmente eliminado en la Euroliga. Eliminación que se confirmó por la victoria del Baskonia.Poco importaron las importantes bajas (Hanga, Seraphin, Vezenkov y Sanders) con el que el Barça afrontaba el duelo. Porque a la hora de la verdad, los jugadores azulgrana se dieron un auténtico festín.

Fue una nueva demostración de intensidad en defensa, actitud en el rebote y baloncesto solidario en ataque. Todos y cada uno de los jugadores pusieron su granito de arena para edificar un triunfo de prestigio en la Euroliga. Basten algunos datos estadísticos. El Barça capturó  50 rebotes por 36 del Olympiacos, repartió 19 asistencias, solo perdió 5 balones y tuvo cinco jugadores -dentro de la reducida rotación- por encima de los 10 puntos. Mención especial para dos de ellos que acabaron en 'dobles figuras': Ante Tomic (19 puntos y 10 rebotes) y Adrien Moerman (17 y 10).

Pero no hay que olvidarse de las 7 asistencias de Heurtel, los puntos de Koponen, o la brega de Oriola. Entre todos edificaron un triunfo que tiene el valor de recordarle a Europa que el Barça es capaz de renacer de sus cenizas. Un Barça que, recordemos, hasta este jueves, sólo había ganado un partido lejos del Palau en doce desplazamientos: el 29 de diciembre en la pista del Khimki.

Factores todos ellos que contribuyeron a una victoria por demolición. El Olympiacos de Spanoulis se mantuvo en la pelea hasta el descanso (38-40). Pero en la reanudación, la defensa del Barça ortocircuitó a los atenienses que se 'suicidaron' desde el triple (6 de 30 al final) y fueron presa fácil para un conjunto consistente, que no pierde el oremus como sucedía antaño y que pelea por cada balón como si fuera el último. El tercer cuarto ya marcó territorio (52-63 con una máxima renta de +16). Y en el definitivo período, los azulgrana destrozaron en toda la regla al Olympiacos, que se quedó sin argumentos (parcial de 11-27).

El Barça, aunque sea de manera testimonial, presentó sus credenciales. Este equipo es otro y, tras ganar la Copa del Rey, la Liga no es ninguna quimera. Qué bueno que viniste profesor Pesic.