El Barça evidenció sus limitaciones ante el Fenerbahçe

El Barça comenzó muy bien y acabó muy mal ante el Fenerbahçe

El Barça comenzó muy bien y acabó muy mal ante el Fenerbahçe / MARC CASANOVAS

Xavi Martínez Olivar

Xavi Martínez Olivar

La Euroliga va convirtiéndose en una quimera para el Barça Lassa. El colectivo de Sito Alonso -que por cierto volvió a prescindir de Vezenkov- encajó su séptima derrota en once partidos -tercera en el Palau- y cae al pozo de la tabla. 

El Fenerbahçe, vigente campeón de Europa, demostró el porqué de su condición y castigó al Barça ratificando que -como había dicho Sito Alonso en la víspera- está varios peldaños por encima del resto.

De nada valió el apoyo de un Palau que registró la mejor entrada de la temporada, ni los buenos propósitos reflejados en un inicio espectacular de los azulgrana con pleno de triples (5 de 5) para un 21-13. Era por entonces un Barça solidario (Heurtel acabaría con 10 asistencias), alegre y con Hanga y Seraphin incisivos, algo que haría disparar las esperanzas de la afición.

Pero el Fenerbahçe de Obradovic es mucho equipo. Un juego muy físico atrás, con constantes ayudas defensivas y en ataque una cantidad interminable de recursos: amenaza desde el perímetro, juego dentro fuera. Todo muy trabajado liderado por directores de orquesta impecables como Sloukas (17 puntos y 5 asistencias) o Wanamaker (16) y la polivalencia hecha jugador como Jan Vesely.

Fue suficiente con apretar las clavijas atrás y jugar con inteligencia y movilidad en ataque para que los turcos, de manera inexorable, se hicieran con las riendas del encuentro. A partir de las dudas en la dirección de juego (mucho más convincente a la hora de atacar el aro rival Pressey que  Heurtel ) el equipo, marcado por la ansiedad, se fue diluyendo lenta pero inexorablemente . Tras descanso (39-39), el Barça fue perdiendo el norte, el ritmo, las ideas, a desquciarse por el arbitraje...y a echar en falta a demasiados mimbres.

Y ante un Fenerbahçe que penalizalas vacilaciones fue mortal. Un parcial de 13-25 en el tercer cuarto abrió el camino de un doloroso desenlace. Se puede perder pero resultan incomprensibles los bajones en el juego, las 'desapariciones', el que nadie dé un paso adelante y asuma la responsabilidad en la pista. Y si pierdes el rumbo, bajas los brazos o caes en la ansiedad en Euroliga lo acabas pagando muy caro. No es la primera vez que sucede y las soluciones no llegan de cara a encontrar la tecla. Pasan las semanas y este equipo sigue sin ser fiable en Europa. Y así le luce el pelo.