La primera victoria en Europa debe impulsar al Barça Lassa

Después de dos derrotas consecutivas en el estreno de la Euroliga, el Barça Lassa pudo, por fin, cantar el primer triunfo en la competición europea, algo imprescindible para que el equipo refuerce su moral de cara a los próximos compromisos.

No fue una victoria brillante ante un Bayern en algunos momentos anárquico, con demasiados altibajos que viene acusando el equipo desde el inicio de la temporada, pero un triunfo al fin que permite al equipo tomar un poco de aire en Europa, en su afán de darle la vuelta a la tortilla en sus actuaciones de Euroliga de los dos últimos años.

A pesar del optimismo de Pesic –que debe siempre ejercerlo-, el equipo todavía se siente inseguro en su juego, especialmente ofensivo, donde las referencias todavía no están muy claras. En Gran Canaria, nadie comandó el arreón final que debía darle una victoria cantada, y ante el Bayern fue un jugador de banquillo como Blazic, el que tiró del carro en momentos importantes.

Recuperar confianza

El conjunto azulgrana necesita recuperar confianza a marchas forzadas y no puede hacerlo de otra manera que no sea ganado partidos de inmediato, y si puede ser de visitante en la Euroliga, mucho mejor, la gran asignatura pendiente de la sección.

Pero todo eso lo tiene que combinar con la Liga Endesa, donde cada partido es una prueba, como el que se encontrarán este domingo, en su visita al Valencia Basket (19.15h.) Un partidazo en toda regla donde los de Pesic mostrarán si su confianza va para arriba o siguen anclados en las dudas, con una derrota que les podría dejar sin liderato.

Pesic pide un poco más de tiempo para entrelazar un conjunto fiable, que responda a las exigencias de los aficionados, pero la realidad es que no lo tiene. Y en Europa, el calendario está siendo su peor enemigo, con tantos partidos como visitante.

Urge ganar fuera

Urge ganar fuera de casa, y la próxima visita al Darussafaka turco, el próximo viernes, 26, ha de servir para levantar el vuelo y romper esa barrera psicológica donde imponerse a domicilio se ha convertido casi en una obsesiòn y donde los nervios actuan con demasiada frecuencia para unos profesionales acostumbrados a jugar partidos de alto nivel.

Si se logra finalmente ese triunfo en Turquía, seguro que el equipo se liberará mentalmente y empezará a mostrar el potencial que atesora, que es mucho, a pesar de mantenerse todavía aletargado. Si pierden, esa frágil confianza volverá a resquebrejarse rápido y será un vuelta a empezar.