Un Barça bipolar cae en el clásico

El Barça perdió el primer clásico europeo de la temporada

Euroleague

Xavi Martínez Olivar

Xavi Martínez Olivar

E l primer clásico de la Euroliga se tiñó de blanco. El Barça de Mirotic -el máximo anotador del partido- encajó su segunda derrota en la máxima competición continental en un partido en el que mostró una imagen claramente bipolar. Hizo el ridículo en el primer cuarto, remontó luego 21 puntos pero acabó cayendo al final quizás fruto del esfuerzo por arreglar el desaguisado inicial. 

121436

EUROLIGA

86
76
Alineaciones
REAL MADRID
(32+16+23+15): Randolph (16), Campazzo (13), Deck (13), Tavares (2) y Taylor (8) -cinco inicial-, Causeur, Rudy (6), Laprovittola (4), Garuba (6), Llull (6) y Mickey (12).
BARÇA
Davies, Hanga (5), Smits (2), Higgins (7) y Mirotic (19) -cinco inicial-, Ribas (4), Oriola (5), Delaney (9), Kuric (12) y Tomic (13).

Los azulgranas echaron demasiadas cosas en falta ante un Madrid histriónico apoyado por una afición cercana al paroxismo que ‘apuntó y disparó’ contra Mirotic. Los déficits tuvieron nombres propios  (Higgins y Davies), siguieron por el rebote y acabaron por errores en tiros libres, También el factor físico acabó pesando tras la remotnada. Un cúmulo de factores que inclinaron la balanza final.

El Madrid -sin hacer un partido excelso- fue mucho más duro mentalmente y físicamente en un pulso que, como poco, tuvo un trio arbitral impropio del la entidad del mismo. Los blancos fueron fieles a sus señas de identidad -defensa al límite, velocidad y voracidad a la hora de rebotear- y el Barça, eternamente incompleto por las bajas desde que se inició la temporada, debe asimilar el KO para seguir creciendo. Sólo fue una derrota, no se perdió ningún título. Pero hay que extraer enseñanzas,

Un cuarto dantesco

El Barça tardó un cuarto en ‘comparecer’ en el Wizink Center. Y es que la puesta en escena de los azulgranas en los primeros diez minutos fue horrible en las dos mitades de la pista. Ataque precipitado, defensa laxa que facilitaron que el Madrid se diera un festín en toda la regla a partir de un 2-3 (triple de Mirotic9.

Perdiendo balones, inferior en el rebote, el Barça puso en bandeja de plata el particular festival blanco. Basten unos datos. Al final del primer cuarto el Barça había anotado 4 canastas de 14 intentos (Higgins no había anotado) y el Madrid, liderado por Campazzo, había hecho ‘sangre’ jugando a placer y martilleando el aro azulgrana desde el perímetro. Un 30-9 a un minuto del final del primer cuarot (32-14) hacái presagiar el festival de un Madrid que había anotado 11 canastas de 15 intetos.

Cambio radical

Pesic agitó el banquillo. Dio entrada a Delaney, Kuric y a Ribas. Y el Barça giró el partido como un calcetín. Comenzó a ajustar su defensa y a jugar con criterio y paciencia en ataque. Y los papeles se intercambiaron de manera espectacular. Tanto que el Barça endosó a su rival un parcial de 0-18 (37-35). Había empezado un nuevo partido. El Barça había renacido de sus cenizas. Y Mirotic (4 puntos en el primer cuarto) ya era el máximo anotador de los azulgranas (46-50 y 48-50) al descanso).

Llegados a este punto, el Barcelona tenía claro lo que sí y lo que no tendría que hacer en este partido.¿Se habría aprendido la lección? 

Pues de salida se volvieron a repetir las malas vibraciones quizás, como hemos comentado al principio, por que el Barça se había vaciado en su remontada. 

Con un Davis desconocido y un Higgins anulado por Taylor, el Barça -que perdía la batalla por el rebote- encajó otro parcial negativo. Un 13-0 desde la máxima renta (del 46-50 a un 59-50) que obligó a Pesic a parar el partido y a mover su quinteto.  El parcial se fue alargando sin remisión ni solución de continuidad.(61-50). La primera canasta azulgrana (triple de Mirotic, el único que veía canasta junto a Kuric) no llegó hasta el ecuador del cuarto. El global del periodo (23-14) volvió a ser negativo para el Barça (71-64).pero, pese a todo, no todo estaba perdido en teoría.

Pero el milagro del segundo cuarto no se volvió a repetir. Los azulgranas cayeron en el cuarto decisivo. Un Barça que echó en falta a demasiadas piezas y en el que se demostró que el retorno de un base puro (Pangos está muy cerca) para ayudar a Delaney se necesita más que el agua.