República Checa castiga la indolencia de Países Bajos

Decepcionante partido de la 'oranje', que no supo reponerse a la expulsión de De Ligt en el arranque de la segunda mitad

La República Checa impuso su superioridad táctica y física: jugará ante Dinamarca en cuartos

Houles marca en el ecuador de la segunda parte

Houles marca en el ecuador de la segunda parte / UEFA

Javier Giraldo

Javier Giraldo

La primera gran bomba de la Eurocopa estalló en Budapest: los Países Bajos se quedaron fuera del torneo tras verse ampliamente superados por la República Checa, una selección más anónima pero muy bien trabajada que se impuso con mucho orden, mucho trabajo y dos goles en la segunda parte.

Países Bajos - República Checa

Eurocopa 2020

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Alineaciones
Países Bajos
Stekelenburg, Dumfries, De Vrij, De Ligt, Blind (Timber, 81'), Van Aanholt (Berghuis, 81'), Wijnaldum, De Jong, De Roon (Weghorst, 73'), Depay y Malen (Promes, 56').
República Checa
Vaclik, Coufal, Celustka, Kalas, Kaderabek, Holes (Kral, 84'), Soucek, Masopust (Jankto, 79'), Barak (Sadilek, 90+2), Sevcik (Hzolek, 84') y Schick (Krmencik, 90+2).

La selección 'oranje' no tuvo nada que ver con la que había ganado los tres partidos de la fase de grupos. Fue un equipo plano, previsible y lento, presa demasiado fácil para un rival menos talentoso, pero que jugó con orden y las ideas claras, argumentos suficientes para citarse con Dinamarca en los cuartos de final.

No hubo rastro de la Holanda ofensiva y eléctrica que tan buenas sensaciones dejó en Amsterdam. Apenas generó peligro, más allá de algún acercamiento de Dumfries por el carril diestro, y no hubo noticias de Memphis, De Jong o Wijnaldum, los líderes del equipo.

Chequia, por su parte, aplicó su hoja de ruta a la perfección: primero, anuló a los mejores hombres de la 'oranje'. Y cuando la tuvo a tiro, no tuvo piedad. Contó además con la expulsión de De Ligt para acabar de romper el partido.

De Jong, anulado

Soucek intentó anular a De Jong y aprovechar alguna llegada desde segunda línea (estuvo a punto de marcar con un cabezazo en el ecuador de la primera parte), mientras que Masopust y Barak intentaron poner en apuros a la defensa de Países Bajos con más voluntad que acierto.

El miedo atenazó a los dos equipos durante el primer acto: Países Bajos fue demasiado previsible y República Checa, demasiado prudente. Solo Dumfries, uno de los grandes talentos de la Eurocopa, intentó romper el partido por el carril derecho.

Unos metros por detrás, De Ligt fue el pilar defensivo de la 'oranje', tapando todas las aproximaciones del rival, hasta que en el arranque de la segunda mitad se convirtió en protagonista involuntario del partido.

Memphis, por su parte, estuvo bien tapado por los centrales checos. A pesar de todo, es uno de esos jugadores que sabe buscarse la vida. Lo intentó una y otra vez, pero demasiado alejado de la portería y poco fluido en la conexión con sus compañeros.

La jugada decisiva del partido

La segunda parte arrancó eléctrica, con una ocasión clarísima de Malen, que se plantó solo ante Vaclik tras un brillante autopase. A la hora de la verdad, solo frente al meta checo, se le apagó la luz. Poco podía imaginar Malen que ese error sería el principio del fin de la Eurocopa para su selección.

De Ligt; tropezón, mano y expulsión

Inmediatamente después, De Ligt tropezó cuando intentaba frenar el avance de Schick. Golpeó el balón con la mano y el árbitro, después de consultarlo en el VAR, le mostró la roja directa, al interpretar que se trataba de una ocasión evidente de gol. Esa decisión arbitral cambió absolutamente el guion del partido.

De Boer retocó al equipo sin pensárselo demasiado: sacrificó a Malen, el más móvil del ataque, para dar entrada a Promes. En defensa, Dumfries quedó mucho más obligado, con Blind y De Vrij como únicos centrales.

No cambió demasiado el guion del partido, aunque la República Checa ganó confianza y fe. A Holanda le costó asimilar el golpe. Tanto, que vivió unos minutos aturdida, mirando al banquillo en busca de un 'plan B'.

Alerta roja en el equipo naranja

Kaderabek progresó por su banda en el 65' para disfrutar de una oportunidad clarísima, en un chut que parecía gol, con Stekelenburg casi batido. Acudió al rescate el exuberante Dumfries, omnipresente, para salvar a su equipo. Se encendían las luces rojas en el equipo naranja.

Sobre todo cuando a la salida de un córner encajó el 0-1: falló Stekelenburg en la salida y Wijnaldum en el marcaje. El balón pasó del segundo al primer palo, donde remató, absolutamente solo, Houles. Los checos lo celebraron como si se hubieran metido en la final. No era para menos.

Sin capacidad de reacción

Lejos de reaccionar, Países Bajos quedó tendida en la lona. Los checos, más rápidos, más fuertes y con más determinación, se fueron a por el partido.

Lo liquidaron a la contra, cuando Schick, el mejor checo del torneo, remató al primer palo para acabar de ahogar a Países Bajos.

No sirvió de nada que Frank de Boer empezase a mover en banquillo. Ni Weghorst ni Berghuis ni Timber pudieron hacer nada para maquillar el resultado. De Jong acabó el partido desquiciado, más ocupado en protestar al árbitro que en generar peligro, como un náufrago en medio del océano. Todo lo que prometía la selección 'oranje' se quedó en nada en Budapest.