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EUROCOPA 2025

Aitana y Cata: del hospital a la gloria

Ambas llegaron tocadas a la Eurocopa y se convirtieron en protagonistas decisivas de la histórica clasificación para la final

Aitana Bonmatí: “No me lo he pensado dos veces y he chutado con todo"

Sara Fernández

Maria Tikas

Maria Tikas

Hace apenas unas semanas, Aitana Bonmatí y Cata Coll eran duda para la Eurocopa. Al menos, para la fase de grupos. No por capricho del destino ni por decisiones técnicas, sino porque ambas habían cruzado las puertas de un hospital cuando el torneo ya llamaba a la puerta. 

Hoy, ambas son parte de una historia inmortal: han llevado a España a su primera final de una Eurocopa. Y lo han hecho como solo lo hacen las elegidas, las que nacieron para cambiarlo todo.

La extraterrestre

Veinticinco días antes de marcar el gol que valía una final, Aitana Bonmatí estaba postrada en una cama de hospital, debilitada por una meningitis vírica que la obligó a parar en seco. La vigente Balón de Oro se sintió frágil. Dudó. "Nunca pensé 'esto se ha acabado', pero llegué a preguntarme si podría rendir como sé", confesó.

La recuperación fue una carrera contrarreloj. Mientras sus compañeras preparaban el torneo, ella luchaba por volver a caminar sin mareos. Pero Aitana es distinta. No se rinde. “Ya me conocéis, sabéis cuál es mi mentalidad”, dijo. Poco a poco, volvió. Primero a los entrenamientos, luego a los partidos, después, a escribir la historia.

Y en la semifinal ante Alemania, con la prórroga agonizando, apareció como si nada hubiera pasado. En el minuto 112, enmudeció a todo un estadio: tras recibir un pase perfecto de Athenea, controló, se giró y disparó con la izquierda. Gol. Final. Historia. Como si la enfermedad nunca hubiera existido, como si los días de hospital solo hubieran sido un mal sueño. Aitana había regresado. La de siempre.

Spain's Aitana Bonmati celebrates after scoring the opening goal during the Women's Euro 2025 semifinals soccer match between Germany and Spain at Stadion Letzigrund in Zurich, Switzerland, Wednesday, July 23, 2025. (AP Photo/Alessandra Tarantino)

Aitana Bonmatí, autora del gol de España en la semifinal de la Eurocopa / Alessandra Tarantino / AP

Una segunda oportunidad

Poco después de la baja de Aitana, otra alarma encendía las luces rojas en la concentración española. Cata Coll, la guardiana del arco, sufría una amigdalitis tan severa que tuvo que ser apartada del equipo y hospitalizada. "Me sentía sola, sin poder comer, sin fuerzas…", recordaba días después. Estuvo aislada en su habitación mientras la Eurocopa arrancaba sin ella. Había tenido que dar un paso al lado por el bien del equipo y decirle a Montse Tomé que no estaba para jugar. 

Pero como Aitana, Cata regresó. Y lo hizo con la fiereza de quien ha mirado de cerca la derrota. Recuperó la portería en los cuartos y la hizo suya en la semifinal. Frente a Alemania, la que hace un año hizo sentirla pequeña y vulnerable tras marcarle un gol de penalti que ella misma provocó y que costó la medalla olímpica, en el minuto 94, se convirtió en leyenda: una doble parada milagrosa, primero a Bühl, luego a Wamser, evitó el gol rival y forzó la prórroga. "El fútbol nos ha dado una segunda oportunidad y la hemos aprovechado", dijo tras el encuentro.

Cata Coll y su doble parada salvadora ante Alemania en la semifinal de la Euro

Cata Coll y su doble parada salvadora ante Alemania en la semifinal de la Euro / UEFA

Fue una atajada que detuvo el tiempo. Una acción que salvó a España y que, sin exagerar, cambió el destino de la noche. Se llevó los guantes a la boca, como si estuviese fumando un cigarro. Era un código con su psicólogo, un gesto que utilizan para decirse que ya pasó el peligro, que a por la siguiente jugada. Cata fue un muro. Un milagro.

Contra todo

Aitana y Cata no solo jugaron una semifinal. Jugaron contra sus propios límites, contra la incertidumbre, contra la fragilidad humana. Lo hicieron con una mezcla de coraje y talento que trasciende el fútbol. Su historia no habla solo de goles ni de paradas. Habla de resiliencia, de superación, de ese fuego interior que no se apaga ni en los días más oscuros.

España estará en su primera final de Eurocopa. Lo hará gracias a un equipo brillante, sin duda, porque cada una de las jugadoras que están en Suiza aportaron su granito. Pero el partido se decidió en las dos áreas y Aitana y Cata transformaron la enfermedad en fuerza, la duda en determinación y el dolor en gloria