ALEMANIA-FRANCIA

Griezmann deja KO a Alemania

La selección francesa disputará la final de ‘su’ Eurocopa tras superar a la campeona del mundo en un duelo plagado de alternativas

Alfonso Callejas

Golpe soberbio sobre la mesa. La selección francesa apagó ayer las voces más críticas que defendían que aún no había derrotado a un rival de entidad. En Marsella y ante la campeona del Mundo, la anfitriona ganó todo el crédito posible y mandó un serio aviso a la Portugal de Cristiano Ronaldo.

Francia, que volvió a hacer gala de un estado físico pletórico, apretó las tuercas a los pupilos de Joachim Löw desde el minuto uno. La intensa presión de Griezmann y Giroud sobre la salida de balón alemana ponía de manifiesto que la campeona del Mundo iba a tener serias dificultades para mostrar su juego. La anfitriona había salido desbocada, como si el partido durase diez minutos. Parecía impensable apretar de tal forma y aguantar el resto del choque a un gran ritmo. Pero lo hicieron. Su derroche físico y gran disposición táctica descolocaron a una Alemania que sufría con las rápidas recuperaciones de los hombres de Didier Deschamps. Griezmann, que rápidamente ponía a prueba a Neuer, marcaría diferencias rápidamente.

En Alemania la clave pasaba por las botas de Schweinsteiger y Kroos. El capitán, que ocupaba el vacío dejado por Khedira, se incrustaba entre los centrales para favorecer la salida de balón pero resultaba insuficiente. El principal atisbo de luz de la medular germana emergía desde la figura del madridista. Su clarividencia -mermada en el tramo final- y la movilidad de Müller, maniatado ante Italia, daban esperanzas a los alemanes. 

La primera parte, plagada de alternativas, hacía las delicias de la grada en un atractivo partido, a diferencia del insípido Portugal-Gales de la noche anterior.

Pasaban los minutos y la campeona del Mundo sufría con la versión más intermitente de Özil. El liderazgo de Kroos y los chispazos de Draxler eran insuficientes. La seguridad de Neuer, impenetrable a balón parado ante los intentos de Payet y Pogba, era el mejor aval alemán en la primera mitad para mantener vivo el sueño de la final. Pero sus aspiraciones empezarían a derrumbarse al borde del descanso cuando ‘Schweini’ cometería un inocente penalti al bloquear con la mano un cabezazo de Evra. Griezmann, a diferencia de la final de la Champions, no perdonaría desde los once metros.

Un gol psicológico en toda regla pese al conato de reacción en la segunda mitad. La agilidad de Lloris bajo palos y la muralla erigida por Koscielny y un entonado Umtiti -soberbio al corte y certero en la salida de balón- hacían el resto. Boateng, que acabaría lesionado, salvaba la sentencia de Giroud tras la reanudación. Francia no había desactivado el ‘modo rodillo’ y su insistencia tendría premio. Una peligrosa pérdida desembocaría en una genial acción de Pogba en el extremo izquierdo ante Mustafi. Su centro, despejado de forma forzada por Neuer ante Giroud, lo aprovechaba Griezmann para matar el partido. 

La entrada de Kanté echaba el cerrojo definitivo. Un tiro de Kimmich a la cruceta y sendas opciones de Mustafi y Höwedes a balón parado no cambiaron el guión final. La grada, que rendiría tributo a Islandia con el rito vikingo, celebraba el acceso a la final y ovacionaba a un Griezmann que podría tener su ‘vendetta’ ante ‘CR7’.