De Gea, a enterrar la maldición de Arconada en París

El destino así lo ha querido. Un 27 de junio, el mismo día en que se cumplen 32 años de la derrota de España en la final de la Eurocopa de Francia de 1984, David de Gea tendrá la oportunidad de enterrar los fantasmas de aquella noche de triste recuerdo para la afición española en el Parque de los Príncipes de París que quedó marcada por el error de Arconada en el gol inicial de Platini a balón parado. En esta ocasión la Roja buscará su acceso a los cuartos de final de una nueva Eurocopa. La oportunidad de vengar a uno de sus predecesores en la portería del equipo nacional le llega a De Gea en uno de sus momentos más delicados desde que Vicente del Bosque le diera la alternativa en detrimento de Iker Casillas.

Tras hacer gala de una gran fortaleza mental para no verse afectado por los escándalos extradeportivos, el meta del Manchester United había acreditado su potencial en las dos primeras jornadas de la fase de grupos tras dejar su portería a cero ante la República Checa y Turquía. Las dudas llegarían, como con el resto del grupo, tras el inesperado tropiezo ante Croacia. Su agarrotamiento bajo palos en el empate de Kalinic y, especialmente, el definitivo tanto de Perisic -previo desvío de Piqué- que entró por el primer palo le han valido las primeras críticas en lo que va de campeonato, en buena medida procedentes de la corriente más favorable a la titularidad de Iker Casillas, todo un mito en el entorno de la Roja. Tanto o más que el también veterano ‘Gigi’ Buffon, con el que medirá sus fuerzas esta tarde en el Stade de France de París.

PRECEDENTE AGRIDULCE. El gris recuerdo de la injusta noche que marcó el lustro final de la carrera del carismático Arconada no debería pesar en la memoria de De Gea. El ‘red devil’ ya sabe lo que es jugar con España en Saint-Denis. Fue en septiembre de 2014 y, pese a caer ante Francia en un amistoso (1-0), demostró con creces que había llegado el momento de un relevo generacional.  David quiere hacer méritos para heredar el famoso cántico de su predecesor y el “no pasa nada, tenemos a De Gea” parece cuestión de tiempo.