EUROCOPA 2016 / PORTUGAL-FRANCIA

Cristiano: De las lágrimas de 2004 a las de 2016

Las finales de Eurocopa son amargas para Cristiano Ronaldo. En la de 2004, lloró por la inesperada derrota de Portugal ante Grecia y 12 años después, se retiró entre lágrimas lesionado cuando apenas se habían jugado 23 minutos

Cristiano dejó la final antes de tiempo y lloró desconsolado

Cristiano dejó la final antes de tiempo y lloró desconsolado / sport

Germán Bona

Cristiano Ronaldo estaba esperanzado ante la final de la Eurocopa 2016. El jugador del Real Madrid afrontaba su segunda gran final de la Eurocopa doce años después de la amargura de perder como anfitriona ante un campeón inesperado, Grecia. Pero tenía marcado este 10 de julio como el día para desquitarse y llevar a Portugal a su primer gran título importante en categoría absoluta. Quería ser decisivo, el héroe de la final.

Pero todo se empezó a torcer a los ocho minutos de la final contra Francia. Una dura entrada de Payet a la altura de la rodilla izquierda acabó con Cristiano por los suelos y muy mala cara. Intentó aguantar en el campo, pero los gestos le delataban, y ya en su primera salida para ser atendido, rompió a llorar.

Aun así, Cristiano Ronaldo regresó al césped de Saint-Denis, pero solo por unos instantes. En el primer sprint ya vio que tendría que salir del campo. Se echó al suelo, tiró el brazalete con rabia y volvió a romper a llorar, esta vez ya de forma incontenible. CR7 terminó su trayectoria en la Eurocopa saliendo en camilla y con lágrimas de dolor y rabia. 

En 2004, Cristinao Ronaldo solo tenía 19 años. Jugó los 90 minutos, pero ese día toda la selección estaba perdida y Cristiano era demasiado joven todavía como para mostrar su ascendente. Al acabar el partido, se quedó solo en el césped y rompió a llorar, no quería que nadie le consolara. Parecía un veterano que ya no iba a tener más oportunidades y ahí quedó claro su carácter ganador, ambicioso hasta la exageración.

En la Eurocopa de Portugal, a Cristiano le quedaban muchas oportunidades por delante. Pero ahora, con 31, es consciente de que puede haber sido su última Eurocopa, la que tenía que consagrarle a nivel de selección. Las lágrimas de 2004 se repitieron doce años después.