El Villamarín como punto de inflexión para el Espanyol

No perder cuando lo mereces también es una virtud. La sacó a relucir el Espanyol en el Benito Villamarín, donde sobrevivió a un Betis superior. El destino quiso que el (casi) mismo tiempo de descuento que le privó de puntuar –merecidamente- contra el Atlético le diera un punto en otro añadido muy largo que parece que desde este curso va a ser una tónica habitual. El gol de Cabrera en el 97’ podría ser un punto de inflexión para que el equipo empiece a encontrar el rumbo adecuado, del mismo modo que lo hizo el año pasado en Segunda con el tanto de Melamed en el 95 contra el Mirandés.

Esa visita a Anduva supuso el último tropiezo de un equipo que vio cómo se le podía complicar seriamente el ascenso. ¿La reacción? Embolsarse 23 de los 27 puntos posibles en las nueve siguientes jornadas para sellar matemáticamente el regreso a la élite. Cierto es que Segunda es Segunda y Primera es Primera, pero la situación invita al optimismo. El miércoles visita el RCDE Stadium el Alavés, colista de la liga sin ningún punto en el casillero. Los babazorros llevan un pobre balance de un gol a favor y diez en contra. Vienen a Barcelona aún más necesitados que el conjunto periquito.

Precedentes favorables

Si el presente apoya la teoría de que el Espanyol encuentre por fin el camino del primer triunfo, el pasado lo ratifica aún más. El último triunfo del conjunto vitoriano en territorio blanquiazul se remonta al 2002 (1-2). Desde entonces, los últimos siete precedentes con el conjunto catalán ejerciendo de local se saldaron con cinco triunfos y dos empates.

La semana es exigente, pues después del esfuerzo contra el Betis ahora llega el turno de este este encuentro en mitad de una semana que acabará con la visita al Sevilla. Será el sábado a las 18.30h. De no haber logrado a esas alturas el primer triunfo, el equipo de Moreno se acercaría seriamente a los guarismos del peor inicio histórico en Primera en este siglo. El arranque más nefasto fue en la 2012/13, cuando el Espanyol acumulaba sólo un punto a estas alturas y no fue hasta la jornada 8 cuando llegó la primera alegría.