Vicente Moreno, el cuento de nunca acabar

Vicente Moreno da instrucciones en un partido anterior

Vicente Moreno da instrucciones en un partido anterior / AFP

C. F. Sainz

La llegada de Vicente Moreno es cuestión de tiempo. El técnico valenciano tiene un acuerdo con el Espanyol para convertirse en entrenador perico para las tres próximas temporadas, pero a la dirección del Mallorca no le ha gustado nada que negocie a espaldas del club y no va a poner fácil su marcha, a pesar de que en el seno de la entidad ya no cuentan con él y se encuentran en pleno proceso de busca  de un nuevo entrenador, el cual parece que será Luis García Plaza.

Según ‘SER Baleares’, la directiva encabezada por el presidente, Andy Kohlberg, no está dispuesta a rebajar ni un euro de su cláusula de rescisión de un millón de euros a pesar de que la entidad balear adeuda una serie de cantidades al entrenador y de que parecía que había un principio de acuerdo por 500.000 euros.

Los dirigentes del club bermellón están muy molestos con Moreno y no están dispuestos a facilitar una salida que debe darse tarde o temprano. El deseo del Espanyol es que Vicente Moreno sea su técnico y el de Vicente Moreno sentarse en el banquillo del RCDE Stadium. Sigue el tira y afloja y una operación que parecía que estaba a punto de cerrarse se alargará, nuevamente, unos días más. 

El inicio de la cascada

El aterrizaje de Moreno en el RCDE Stadium conllevará una serie de operaciones avanzadas que deben oficializarse o desecharse. Porque será él en última instancia el que decida sobre la posibilidad de ejercer la opción de compra sobre Bernardo -que también tendrá mucho que decir, y más si el Girona acaba ascendiendo a Primera división-, así como si quiere en su plantilla a los avanzados Fran Mérida y Keidi Bare.

Lo que a buen seguro querrá es un equipo que se amolde a sus sistema de juego. El 4-2-3-1 es en principio el dibujo que utilizará, tal y como ha sucedido en el Mallorca este curso. Una defensa de cuatro con un pivote defensivo que en muchas ocasiones actúa más como quinto zaguero, un centrocampista que lo acompañe que sea su extensión sobre el césped y que sea el encargado de las transiciones defensa-ataque, unas bandas con jugadores de mucho recorrido y un delantero que sea su hombre gol. 

Pero lo que es esencial en su esquema es ese hombre en la medular que vea el juego como él, que mande y que reparta. Mientras en Mallorca esa función la ejercía un experico como Salva Sevilla, en el Espanyol la responsabilidad recará en un hombre de calidad que mueva los hilos del equipo, con lo que puede pedir a Rufete la continuidad de Darder.