El vestuario del Espanyol no se impacienta

Fernando Calero cierra la progresión del alavesista Lucas Pérez

Fernando Calero cierra la progresión del alavesista Lucas Pérez / EFE

Jonathan Moreno

Hay ganas en la plantilla espanyolista de que la pelota vuelva a rodar. De acabar de una vez por todas con el runrún que envuelve al equipo desde el doloroso 0-3 encajado ante el Granada. Los pesos pesados han salido a respaldar públicamente a David Gallego. El entrenador empieza a estar seriamente cuestionado desde la grada y en algunos despachos. A pesar de todo, el vestuario cierra filas con el de Súria y, como si del famoso LP de Supertramp se tratara, formulan el: “¿Crisis? ¿Qué crisis?”.

Hoy fue un recién llegado el que mandó un mensaje de cordura. Pocas semanas ha necesitado Fernando Calero para pulsar el carácter ciclotímico de ciertos sectores de la afición espanyolista. De la euforia por la clasificación europea se ha pasado a un estado de pesimismo absoluto. Ni tanto ni tan calvo. 

Ánimo sosegado

Saliendo rápido al corte, tal y como se muestra sobre el terreno de juego, el central pucelano arrancó de raíz cualquier duda que se pueda cernir sobre el rendimiento del equipo. “Acabamos de empezar. Es muy pronto para valorarlo porque en todos los equipos hay dinámicas buenas y malas. Está claro que tenemos ganas de empezar a ganar y sumar tres puntos. Creemos en lo que se trabaja”, indicaba el defensor perico. 

Bien es cierto que la pretemporada blanquiazul ha sido del todo atípica. La puesta en marcha pilló todavía en bermudas y oliendo a crema solar. La plantilla es consciente de ello, pero entiende que el esfuerzo ha valido la pena y que la situación se irá normalizando en las próximas semanas, cuando los entrenamientos empiecen a surtir efecto. Es más, tal y como admitía Calero, este parón de selecciones ha venido de perlas y ha servido para recuperar “un punto más en las sesiones y coger un buen tono físico”. 

Objetivo, Ipurua

El grupo se marca un doble reto en su visita a la guipuzcoana comarca del Bajo Deba. Eibar debe ser un punto de inflexión. Marcar el primer gol de la temporada y empezar a sumar de tres en tres para salir de la delicada situación en la que se encuentra el equipo. Penúltimo de la clasificación con un punto en el casillero. “Sabemos que es un partido complicado, todos los años cuesta. Debemos igualar su intensidad porque van al 200 por ciento”, aseveró Calero. Y razón no le falta. Ipurua siempre es una plaza complicada de torear. En cinco visitas, el Espanyol sólo venció en 2015 (0-2), con goles de Sergio García y Cristhian Stuani.