El Sánchez Pizjuán, prueba de fuego para el Espanyol

Borja Iglesias celebra su último tanto conseguido con el Espanyol

Borja Iglesias celebra su último tanto conseguido con el Espanyol / EFE

Alba López

Asentados en la segunda plaza de la tabla sólo por detrás del Barça, vive el espanyolismo auténticos días de vino y rosas acrecentados por la convocatoria de Mario Hermoso con la selección española. Los 14 puntos sumados de 18 posibles han cargado de confianza el depósito blanquiazul. Este fin de semana, sin embargo, los pupilos de Rubi afrontan una prueba de fuego que puede servir para medir las auténticas aspiraciones del Espanyol esta temporada.

La piedra de toque es el Sevilla de Pablo Machín, que si bien dejó algunas dudas en su último encuentro ante la Real Sociedad en Anoeta, donde no pudo pasar del empate sin goles, llega en una línea ascendente después de haber sumado hace poco cinco vitorias en seis partidos.

Históricamente, además, el nervionense no es un conjunto que se le dé especialmente bien al Espanyol, sobre todo en el Sánchez Pizjuán, donde los pericos no consiguen ganar desde hace la friolera de siete temporadas. Ese día, el 15 de enero de 2011, el Espanyol venció 1-2 con un doblete de Callejón. Negredo recortaría distancias para el Sevilla sobre la bocina, pero ya sería demasiado tarde.

Desde entonces, el Espanyol acumula cinco derrotas y dos empates en sus últimos siete desplazamientos a territorio hispalense. Con alguna goleada, incluso, sonrojante de por medio, como el 6-4 de hace dos cursos en el que era el estreno liguero del equipo de Quique Sánchez Flores por aquel entonces.

Algo más positivo es el último precedente entre ambos equipos, ya que la campaña pasada, también en la primera jornada de LaLiga, el Espanyol pudo arañar un empate (1-1) gracias al tanto conseguido por Leo Baptistao después de que el hoy barcelonista Lenglet hubiera adelantado a los sevillistas.

El domingo Rubi espera, al menos, que la historia pueda repetirse. Sin renunciar, obviamente, a la victoria y el coliderato. Soñar es gratis.