Rufete carga el último cartucho del Espanyol

Último entrenamiento del Espanyol antes de medirse al Leganés

Último entrenamiento del Espanyol antes de medirse al Leganés / RCD Espanyol

Jonathan Moreno

Pesimismo descontrolado en Cornellà. Se cuentan con los dedos de una mano los aficionados espanyolistas que creen en el milagro. La plantilla aún no ha vendido todo el pescado, pero casi. La salvación es una quimera que, de producirse, pasaría a los anales de la historia del deporte. Remontar diez puntos con quince en juego. No hay fórmula matemática que despeje una ecuación de tal calibre. El Espanyol debería ganar sus cinco compromisos restantes y esperar tropiezos a mansalva de sus adversarios directos. No parece el panorama más esperanzador para un equipo que no levanta los brazos desde el regreso de la competición ante el Deportivo Alavés

Y la estabilidad en el club brilla por su ausencia. Desde los despachos se trabaja ya en el nuevo proyecto que, irremediablemente, pasará por la Segunda División. Abelardo parecía el entrenador idóneo para liderarlo, incluso se habían entablado conversaciones para que el asturiano continuara en la categoría de plata y empezar desde cero con una filosofía de juego y unos futbolistas de su corte futbolístico. Muchos pericos todavía se preguntan por qué se destituyó a un técnico que se dejó la piel cada segundo que defendió al Espanyol y al espanyolismo.

La sensación es de ir dando tumbos. Palos de ciego. Una huída hacia adelante en la que el propietario de la entidad, el asiático Chen Yansheng, no da la cara. El empresario no está y, de momento, tampoco se le espera en los próximos días. A los miles y miles de seguidores blanquiazules se les ha colmado ya el vaso de la paciencia. Las promesas de éxitos e ilusión del dirigente chino son ya papel mojado.

¿Jaque mate?

Y ante este cúmulo de despropósitos y reveses, un nuevo partido. La exigencia de este esprint final de competición trae al Leganés, otro equipo que parece condenado, a Cornellà. El duelo entre catalanes y madrileños agarra tintes dramáticos. El perdedor podría dar con sus huesos virtualmente en Segunda, algo que, tarde o temprano, parece que acabará sucediendo. Tal y como sucede en el Espanyol, los pepineros también han perdido la esperanza, aunque Javier Aguirre prometiera en su última rueda de prensa que el equipo lucharía hasta el final. A Rufete sólo le queda ganar y continuar alimentando las opciones o, más bien, prolongando la agonía. La mejoría futbolística vivida con el alicantino no ha servido para sumar puntos. La historia de una temporada para olvidar