El Espanyol vuelve a la cruda realidad

El Espanyol se estrella contra el Granada

Albert Gracia

La afición recibió a los suyos como se recibe a los héroes de guerra. Aún con sudor en la frente de la batalla en Zorya, los chicos de Gallego volvían a esa dura realidad liguera. A esa ansiada vuelta a casa. Pero ahora todo ha cambiado. Las calles ya no son las mismas, los niños han crecido... Y los resultados ya no son lo que eran.

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Liga Santander

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3
Alineaciones
Espanyol
Diego López; Corchia, Naldo, Calero, Dídac Vilà; Marc Roca, Darder, Víctor Sánchez (Ferreyra, 71'); Melendo, Wu Lei (Calleri, 67') y Vargas.
Granada
Rui Silva; Víctor Díaz, Domingos Duarte, Germán, Quini; Yangel Herrera, Montoro; Darwin Machís (Martínez, 77'), Fede Vico (Azeez, 56'), Puertas; Soldado (Carlos Fernández, 67').

El fortín perico en el RCDE Stadium ha mutado en una fortaleza más expugnable, sin la capacidad de supervivencia de antaño. Europa está a salvo con el pase a la fase de grupos pero en casa están pasando cosas. Ante el Granada, un equipo recién ascendido, el Espanyol se empequeñeció y cedió ante el poderío ofensivo nazarí. El cuadro de Gallego no asusta arriba y empieza a hacer aguas en defensa. Urge un lavado de cara. La realidad en la competición doméstica es más dura de lo que se esperaba.

El Granada avisó pronto

Soldado no tardó ni un minuto en avisar de las intenciones del Granada. El 'viejo rockero' se fue de quién quiso hasta que Naldo le ordenó detenerse. Fue la primera acción de un peligro nazarí que no cejaría en su empeño durante toda la primera mitad. Los de Diego Martínez salieron con las ideas muy claras, presionando como lobos ante un Espanyol que tardó y mucho en adueñarse del encuentro. 

El Granada buscó arrebatarle la posesión a los blanquiazules, y lo logró en un arranque de encuentro de ida y vuelta. Los de Gallego no estaban del todo cómodos y el panorama se les nubló y de qué manera cuando Puertas aprovechó un mal rechace de Diego López para abrir el marcador tras la acción del puñal Darwin Machís, eléctrico por el costado izquierdo.

Con el 0-1, Melendo se juntó a Marc Roca y Darder y el Espanyol comenzó a carburar, aunque lo hizo con una posesión en muchas fases estéril. El Granada también dio un pasito atrás, sabedor de que a la contra iba a tener opciones de abrir la brecha. Y más viendo a un rival atascarse de mala manera en el centro del campo. Los de Gallego no tuvieron opciones claras en toda la primera mitad más allá de un par de intentonas de Wu Lei, una situación que ya empieza a preocupar. Tocaba un reset en el descanso. 

En la reanudación, el Espanyol salió mucho mejor al partido. La posesión estéril de la primera mitad se transformó y el arranque fue prometedor. Vargas seguía haciendo daño por dentro y el Granada no dejaba de dar pasos atrás. Con el dominio, las primeras ocasiones comenzaron a llegar. Wu Lei tuvo un uno contra uno ante Silva que no acertó y Marc Roca, en la jugada posterior, también hizo volar al meta nazarí. Parecía que el cuadro de Gallego no iba a tardar en empatar el partido. 

Salir y besar el santo

Aun así, el Granada ya había avisado en la primera mitad que a la contra podía hacer daño y de una jugada de la nada abrió brecha. Jugada embarullada en el área, mal despeje de Roca, disparo de Machís que repele Calero en la línea y Carlos Fernández, que no llevaba ni un minuto sobre el terreno de juego, enmudecía el RCDE Stadium.

Con el 0-2, las buenas sensaciones blanquiazules se apagaron. No había luz en la zona ofensiva y el Espanyol se transformó en un equipo plano, plano. Sin profundidad alguna, Gallego intentó espabilar a los suyos con Calleri y Ferreyra pero no les llegó ni un balón para rematar, señal inequívoca de que al equipo le falta algo.

El Granada, por su parte, no se sintió intimidado e incluso Darwin Machís tuvo tiempo para regalarle el tanto a Azeez, que voleó a la red. El venezolano cuajó un auténtico partidazo sin marcar y el cuadro nazarí demostró que las buenas sensaciones de los dos primeros encuentros pueden tener continuidad. La realidad liguera es muy dura.