Espanyol tres delicias en Moscú

El Espanyol se llevó los tres puntos de Moscú

Los pericos, con goles de Campuzano y Wu Lei, se impusieron al CSKA Moscú / Mediapro

Jonathan Moreno

Al Espanyol le incomoda el calor del hogar. Lejos de casa se siente mejor. Los resultados así lo indican y Moscú lo certificó. Después de un inicio para olvidar, el cuadro de David Gallego se entonó. Mejoró todas sus líneas y logró los tres puntos gracias a una maravilla del tándem Matías Vargas-Wu Lei y una definición delicada de Campuzano. Ningún equipo español había ganado al CSKA en Rusia. Hasta que llegaron los blanquiazules.

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Europa League

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Alineaciones
CSKA
Akinfeev; Diveev (Gogoua, 46'), Magnusson, Sarlija; Fernandes, Vlasic, Bistrovic, Akhmetov (Bijol, 76'), Kuchaev (Oblyakov, 67'); Chalov, Sigurdsson.
Espanyol
Diego López; Corchia, David López, Calero, Pedrosa; Marc Roca, Víctor Sánchez, Granero (Lozano, 90'); Wu Lei (Piatti, 76'), Calleri (Campuzano, 22'), Matías Vargas.

Si esta crónica fuera un cómic, no habría 'zetas' suficientes para ilustrar la primera parte espanyolista en el Arena CSKA. Calificar de soporífero el juego del equipo sería quedarse corto. Akinfeev ni se ensució los guantes. Inédito el guardameta ruso. Ni rompió a sudar. Los blanquiazules obviaron su ataque. Jonathan Calleri, solitario como el as de bastos durante el tiempo que estuvo en el campo. Para colmo de males, el argentino se rompió. Al equipo le falta gol y encima pierde al futbolista que más amenaza.

Suerte de Diego López. El lucense se estiró todo lo largo que es (1,96 metros) para frustrar a Vlasic. Armó la pierna el croata desde la frontal con muy malas intenciones. Corría el minuto once de partido. Y ahí se acabó el fútbol. Armisticio en Moscú. Nada de nada. Por no haber no hubieron ni tres pases seguidos. 

Si hay un patrón común en los partidos del Espanyol esta temporada es la mejoría en la segundas partes. Bien sea por las arengas de David Gallego o por tener un punto físico más que sus rivales. Iniciar la pretemporada antes que nadie debía tener su ventaja. Advirtió Campuzano en un mano a mano con Akinfeev. Sería el preludio del 0-1. Antes, no obstante, Mario Fernandes enganchó un zambombazo para meter el miedo en el cuerpo. La réplica sería letal. Matías Vargas recogió un saque de puerta de Diego López, filtró para Wu Lei y el chino que picó el cuero para dejar a Akinfeev con un palmo de narices.

Con la lección aprendida de Balaídos, el cuadro catalán inyectó morfina al partido. El Espanyol se italianizó para conservar los tres puntos. Vigo escuece en la memoria, pero esta vez sería el Espanyol el que anotaría en el añadido. Nuevo saque en largo de Diego López, torrija monumental de Magnusson y Campuzano, que pasaba por allí, dijo hasta aquí hemos llegado. Gallego respira tanquilo.