El Espanyol regresa al pasado

El Espanyol se prepara para recibir al Zaragoza

El Espanyol se prepara para recibir al Zaragoza / RCD Espanyol

Jonathan Moreno

Vive el espanyolismo sin vivir en él. Taciturnos y melancólicos. Bofetón inesperado de realidad. Regresar a Primera implicará sangre, sudor y derramar algunas lágrimas.  Los tres últimos resultados han rebajado el suflé de la pericada y devuelto al lodo a un equipo y entrenador que habían exorcizado los demonios del curso pasado.  Quizás se esté exagerando. O quizás los motivos para la preocupación sean totalmente reales. La verdad es que se ha perdido el liderato, los resultados ante Fuenlabrada, Girona y Leganés son pésimos y, lo que es más importante, el juego es decepcionante para el nivel y calidad que atesora  la plantilla. 

En el otro lado de la balanza, hay muchísimo margen de mejora y los jugadores ya han demostrado que pueden sublimar el fútbol, tal y como hicieron en La Rosaleda. La afición perica se impacienta, arrastrando todavía el hastío de la temporada anterior, y empieza a afilar la lengua y los dedos en las redes sociales contra Vicente Moreno. Unas críticas que, como todo que procede de esa realidad paralela 2.0, hay que coger con muchos alfileres.

Reto mayúsculo

Probablemente el Espanyol no esté tan hundido ahora, ni era la repanocha cuando Diego López cerró a cal y canto su portería. No hay que perder la perspectiva y analizar las circunstancias. Se ha arrancado un proyecto nuevo, con un técnico que intenta implantar una filosofía de trabajo a contrarreloj y no hay margen de error, menos ahora que se ha perdido el liderato. Vicente Moreno camina cual funambulista sin red. El valenciano aceptó el reto de ascender al club a la categoría que nunca debería haber abandonado y sabía que los baches en el camino llegarían. Éste es el primero. Profundo, sí, pero salvable. “Hay que hacer borrón y cuenta nueva”, dijo en Burtarque. El Zaragoza ya espera.