El Espanyol en Europa, con récord y dudas

El Monito Vargas

El Monito Vargas / EFE

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Lo de “el fútbol son estados de ánimo” no pudo ser más cierto en el partido del Espanyol ante el desconocido y luchador Ferencváros. Una primera parte en la que, si de los aficionados dependiera, los once jugadores habrían sido sustituidos por las dudas que mostraron.

Después, una segunda mitad en la que representaron todo lo que David Gallego buscade los suyos y que alcanzó para arañar un punto que, bien que mal, rompió un registro histórico para los anales del club blanquiazul: 22 partidos seguidos sin perder en competiciones europeas. 

Más que cualquiera. Que el histórico Ajax, por ejemplo, al que dejaron en 21. Son motivos para celebrar... pero la coyuntura no lo permite. Lo visto en la primera parte solo recuerda a un equipo que en LaLiga apunta a partes bajas de la tabla, preocupación que no quiere ni asomarse por la cabeza de los futbolistas, ilusionados en la previa de la campaña con un año histórico que se ha torcido un poco.

Pero son conscientes los hombres de Gallego de las herramientas que tienen. Son capaces: lo demostraron con los últimos 45’. Matías Vargas representó en su gol la garra perica, esa que es necesaria los 90’.

El propio entrenador lo desglosó en conferencia de prensa: “La primera parte no es el equipo que queremos, no es el equipo que quiero. Nos ha faltado más circulación y más intensidad. En la segunda parte sí es lo que quiero. Ha sido un monólogo. Hemos generado mucho peligro y la presión tras pérdida ha sido increíble”. Seguramente no solo es lo que él busca: todo el entorno del Espanyol anhela mantener ese mismo rendimiento.

un sueño que comenzó en 2006

Gallego también habló de darle todo el valor que se merece a un registro como el conseguido ante los húngaros. El camino hacia los soñados 22 comenzó una tarde-noche de septiembre. Día 14, para ser exactos, en el año 2006. Una igualada ante el Artmedia Bratislava a dos goles fue la piedra inicial del cimiento que hizo el cuadro catalán en competencias europeas.

Ni una final perdida siquiera: ante el Sevilla los andaluces se llevaron el trofeo tras vencer en penaltis, lo que no cuenta como victoria oficial. Historia pura marcada por la plantilla actual, que bajo las órdenes del nuevo técnico acumula ya siete juegos en la Europa League. En ninguno se han marchado con las manos vacías: cinco victorias y dos empates, incluido el estreno en grupos ante el Ferencváros. Pero se puede aspirar a más. Es el objetivo.