Diego Martínez se juega el crédito en el Espanyol

La situación del Espanyol es delicada. A un punto de la zona de descenso después de haber perdido los tres últimos partidos ligueros, urge una reacción en Cornellà-El Prat. Y, a medida que se acerca el tramo decisivo de la temporada, el tiempo se agota. Son conscientes de ello en la zona noble del RCDE Stadium, desde donde las miradas se dirigen cada vez más al banquillo. 

Aunque el del fútbol es un mundo volátil, a día de hoy el puesto de Diego Martínez no corre peligro. Aun así, la directiva está intranquila y los próximos dos encuentros se antojan determinantes para el crédito del técnico. El desplazamiento a Montilivi del próximo sábado ante el Girona, rival directo que ahora mismo cuenta con cinco puntos más, y la visita del Athletic Club el domingo 9 de abril podrían dictar el futuro del entrenador vigués.

Tras estos dos partidos, a LaLiga le quedarán diez jornadas, margen suficiente para enderezar el rumbo con un nuevo preparador en el peor de los casos. Después, podría ser demasiado tarde. 

En este sprint final, el Espanyol se enfrentará a cinco rivales directos en la lucha por la permanencia. El 23 de abril jugará en el campo del Cádiz, el día 30 en casa contra el Getafe, el 3 de mayo en el Sánchez-Pizjuán, el 28 del mismo mes visitará Mestalla y cerrará el curso en casa contra el Almería.

Asimismo, también se desplazará al campo del Betis (15 de abril), del Villarreal (26 de abril) y del Rayo Vallecano (21 de mayo), y se enfrentará en el RCDE Stadium al Atlético de Madrid (24 de mayo) y al Barcelona (14 de mayo). La permanencia, en juego. 

Migración perica a Montilivi

Si el Espanyol necesita a su afición, la pericada responde. En poco más de diez minutos, los socios del conjunto blanquiazul agotaron las 300 entradas que la entidad puso a la venta este viernes para presenciar el encuentro del próximo sábado ante el Girona en Montilivi.

Una noticia que no hace más que refrendar la fidelidad de la hinchada en los momentos más delicados. Y éste, con el equipo de Diego Martínez a un punto de la zona de descenso, sin duda lo es. Esta implicación ya quedó demostrada al batirse el récord de asistencia del curso (más de 26.000 personas) frente al Celta.