David Gallego, la ambición del modesto

Las primeras palabras de David Gallego como nuevo entrenador del Espanyol

 El nuevo técnico perico se dirige a la afición antes de su presentación / RCD Espanyol

Gallego por Rubi. El primer equipo del Espanyol arranca hoy una nueva etapa con la llegada de David Gallego al banquillo blanquiazul. A sus 47 años, el preparador de Súria está ante la gran oportunidad profesional de su carrera, una carrera que ha ido construyendo con humildad pero con sólidos pilares.

Tras su fuerte carácter, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego, se esconde un entrenador con unas ideas muy claras y con un gran compromiso. Su anterior etapa en el primer equipo (dirigió cinco partidos tras la destitución de Quique Sánchez Flores) dejó un agradable sabor tanto entre los jugadores como en los aficionados. Cuatro victorias y un empate hicieron saltar por los aires la sensación de que la plantilla era 'una banda' y ahí empezó a ganarse al presidente Chen Yansheng.

Su apuesta

David Gallego, que como futbolista ya militó en los equipos inferiores del Espanyol, llegó a la cantera espanyolista de la mano de Jordi Lardín. Su amigo y su gran valedor en estos años. Tres temporadas en el Juvenil A y otras tres en el Espanyol B le han curtido y le han abierto las puertas del primer equipo.

En los cinco partidos en los que estuvo al frente del Espanyol en Primera División ya pudo aportar algún detalle táctico de lo que es su apuesta futbolística. No dudó en dar más libertad de movimiento a Sergi Darder en el centro del campo para que tuviese más protagonismo en ataque y sacó a Sergio García de la banda, donde se asfixiaba, para centrarlo en el ataque. Son solo dos pinceladas del nuevo mister.

David Gallego defiende el juego de toque, pero no está obsesionado en alcanzar porcentajes altísimos pues su prioridad es llegar en buenas condiciones a situaciones de remate. Toque, sí; pero no en horizontal. Quiere ser un equipo vertical que utiliza mucho las bandas. Es partidario de jugar no con un falso '9', no con un atacante de referencia; Borja Iglesias puede hacer perfectamente las dos funciones.

El Espanyol de Gallego será un equipo trabajador en el campo, pues da una importancia trascendental a recuperar rápido el balón tras una pérdida para no ser vulnerable atrás y seguir cerca del área contrario, que es casi una obsesión para él.

Su entorno más cercano reconoce que durante la semana centra el trabajo en detectar los puntos débiles del adversario y encontrar las vías para rentabilizarlo.

Es un persona abierta y contudente. Un técnico con un mensaje muy claro que transmite a los jugadores. Unos futbolistas que quedaron encantados con él cuando tuvieron la oportunidad de trabajar a sus órdenes.

Rubi ya es historia... el presente y futuro es David Gallego.