La columna vertebral del Espanyol

El juego blanquiazul orbita en Diego López, Leandro Cabrera, Keidi Bare y Raúl de Tomás, piezas imprescindibles para Vicente Moreno

RDT, con 22 goles, está a dos de su mejor temporada y su conexión con Embarba y Puado -dos figuras vitales en ataque- es clave

Imagen de archivo de jugadores del Espanyol

Imagen de archivo de jugadores del Espanyol

Roger Payró

Sigue la arena cayendo en el reloj. El Espanyol tiene las horas contadas en Segunda División y ansía sumar cuanto antes el punto que le falta para ser, a todos los efectos, equipo de Primera. Restan cinco jornadas y tiene el primer ‘match ball’ el sábado en La Romareda. Se lo ha ganado a pulso el equipo de Vicente Moreno, que a pesar de tener algunos momentos de flaqueo cumplirá con la profecía; cada descenso a la división de plata se responde con el inmediato regreso a la élite. Con apenas una décima parte del campeonato por completar, analizamos quiénes han sido y son los principales artífices del ascenso –aún virtual- de los blanquiazules.

Diego López, sin ningún género de dudas, tiene su parte de mérito. Su cénit ya pasó –son ya 39 primaveras para él y se ha ganado un año más de contrato hasta las 40- pero el muro de Paradela sigue teniendo un valor altísimo. La defensa le está ayudando a sufrir menos que antaño, aunque casi en cada partido deja su ‘highlight’ para los resúmenes. Paradas, además, importantes. Es el portero que menos ha encajado -22 goles en 37 jornadas- y quiere acabar su carrera en Primera. Oier sigue viviendo en su alargada sombra.

A partir de aquí ya resulta más difícil destacar un nombre por línea para definir la columna vertebral blanquiazul. En la retaguardia son varias las noticias agradables de esta temporada, aunque la palma se la lleva Cabrera. Fichado de urgencia en invierno de 2020, no pudo frenar la caída libre del equipo pero ha sido el central de referencia para Vicente Moreno. Perdió la vitola de intocable en tres partidos contados tras sus molestias a finales del año pasado, pero no se entiende la defensa sin su presencia. ADN charrúa más que necesario.

Unos metros por delante emerge el que es, de largo, el mejor fichaje del curso. La incorporación de Keidi Bare tardó en cerrarse y fruto de ello al mediocentro albanés le costó en coger la forma. Además estuvo lesionado en el primer tramo de liga, pero una vez sano ha adquirido un protagonismo brutal. Ocupa metros y metros en la zona ancha y su gran trabajo ha permitido, asimismo, que Sergi Darder realzara el vuelo enarbolando la bandera del ‘darderismo’.

A partir de la zona de tres cuartos, poca discusión hay. Raúl De Tomás Gómez es la pólvora del equipo, el estilete, el mayor tesoro que cualquier entrenador desearía en una categoría donde el gol se paga muy caro. Lleva ya 22, es el Pichichi de la liga y está a dos de igualar su mejor temporada de cara a puerta. RDT juega y hace jugar. Su conexión con Embarba y Javi Puado –dos de los grandes nombres propios de esta campaña- le permite brillar aún más. En todos los citados orbita el juego de este Espanyol con cara de campeón.