La cantera reclama su sitio

Melendo celebra el 1-0 ante el Ludogorets

Melendo celebra el 1-0 ante el Ludogorets / AFP

Jonathan Moreno

No fue un encuentro con muchas aristas. Más bien plano y plácido. Complicado analizarlo profundamente y extraer algo negativo. Aunque el propio Pablo Machín reconociera que incluso en las goleadas se puede encontrar alguna mancha. El soriano es incorfomista. No le queda otra. Sólo piensa en mejorar. De sucapacidad analítica y de síntesis depende el futuro del Espanyol. Europa está encauzada. Ahora hay que encarrilar el camino en Liga.

Necesitaba el míster un partido sin altibajos como el del Ludogorets, por mucho que los búlgaros se autoeliminaran del encuentro. Su salud cardiaca se lo agradeció. Y, en la goleada, destacaron los que siempre responden. Los que sienten al Espanyol más que nadie. Los que han mamado blanquiazul desde la cuna. Y siempre han sido la base. La cantera reivindicó más minutos. Melendo, Campuzano, Lozano, Lluís López y Pedrosa, éste saliendo desde el banquillo, dijeron aquí estamos nosotros. Además, viendo puerta cuatro de ellos. Bendito problema para Machín. 

Rotaciones positivas

Admitía el técnico que, al margen de la ilusión que genera en la entidad, la Europa League le está sirviendo como banco de pruebas. La plantilla es vasta, con posiciones dobladas, y eso le permite experimentar con jugadores que no están gozando de muchos minutos. Los quiere a todos enchufados. Subidos al carro. Y no hay nada mejor que ganar para despejar fantasmas y generar una dinámica positiva.

Uno de los que no dejaba de sonreír en zona mixta era Óscar Melendo. El mediapunta actuó en la posición que más le gusta, entre líneas, contactando con el cuero continuamente y pisando área desde segunda línea. Pasó del ostracismo a enviar una clara advertencia. El cariño de la grada lo tiene. Volvió a señalar el  escudo tras anotar el 1-0. “No podría estar en un lugar mejor”, indicaba en zona mixta. Sabe que el camino será largo. Que Machín prefiere jugadores de un corte diferente. Con otro patrón. Melendo ya le ha enseñado de lo que es capaz. Y por trabajo no será.

En lontananza el Wanda Metropolitano. Otra prueba de fuego. Y de las grandes. Examen para un Espanyol que, pese a no ser un rival de ‘su’ Liga, necesita volver a casa con botín. A fuerza ahorcan. Campuzano se ha ganado ser titular. Se le caen los goles de los bolsillos