El acta de Cuadra Fernández no recoge agresión alguna de Darder

Cuadra Fernández mostró dos amarillas en la trifulca al finalizar el encuentro

Cuadra Fernández mostró dos amarillas en la trifulca al finalizar el encuentro / AFP

Ramón Fuentes

Los momentos de tensión vividos en Cornellá al finalizar el encuentro entre el Espanyol y el Sevilla no van a traer grandes consecuencias para ninguno de los dos equipos. En este caso, para ninguno de los principales afectados. Ni el portero del Sevilla, Juan Soriano y tampoco Sergio Darder. En ambos casos los dos fueron expulsados por doble amarilla lo que implica, al margen del recurso que consideren realizar ambos equipos, que se perderán el próximo partido liguero.

Pero sin duda que, a tenor de lo vivido en el césped, una dura reacción del acta del colegiado podría haber dado pie a poder esperar una sanción mayor. Pero no es el caso. Empezando por el guardameta del Sevilla, Juan Oropesa Soriano, del cual recoge lo siguiente respecto a la primera tarjeta, que deja claro que se debió en el minuto 88 por “retrasar la puesta en juego del balón, con ánimo de perder tiempo”.

Dos minutos después fue cuando se produjo la acción que dio pie a su expulsión que el colegiado redacta así: "Una vez finalizado el encuentro, y aún en el terreno de juego, por simular haber sido objeto de agresión por parte de un adversario”. Es más, líneas después deja constar en el acta que fue expulsado por doble amarilla.

En ningún caso el colegiado recoge, luego no lo vió cuando se produjo, el <strong>gesto del portero</strong> del Sevilla llevándose la mano a la cara. Porque de haberlo visto y hacerlo constar en el acta, se trata de una desconsideración al colegiado que podría haberle supuesto algún encuentro más.

En el caso del jugador del Espanyol, Cuadra Fernández redactó lo siguiente en su escrito:  “Una vez finalizado el encuentro, y aún en el terreno de juego, por encararse con un adversario, buscando una confrontación con él. Tras ello se marchó del terreno de juego rápidamente sin darme lugar a mostrarle la amonestación, y consiguiente expulsión, por ser la segunda, si bien son informados ambos delegados de equipo públicamente en el mismo terreno de juego”.

De aquí se deduce que no considera en ningún momento que existiera agresión por parte del jugador del Espanyol y, por tanto, fue una confrontación que castigó con tarjeta amarilla. Sumada a la que había visto en el minuto 65, le supuso la expulsión. Luego, será un partido de sanción lo que tenga que cumplir el jugador perico.