Y ahora, claro, el todo Madrid desprecia la Copa

Yo lo entiendo, ojito. No voy a defenderlos porque, entre otras cosas, se creen que empiezo a ser idiota. E idiota, no. Algo mayor, sí. Y, por tanto, que intenten meterme goles a través de las redes sociales, que es lo único moderno que no entiendo ni acabo de comprender y, en ese sentido, espero, acaloradamente, que empiecen a salir leyes por las que algunos que escriben, bajo el anonimato, en esas plataformas, plagada de pseudónimos y mentiras, vayan a la cárcel.

Pero a lo nuestro. Los entiendo, pero los denuncio. Bueno, tampoco tanto, utilizo esta maravillosa tribuna para decirle al todo Madrid informativo, cada vez más bajo las garras, poderosas e implacables, de Florentino Pérez, que no hay quien se crea esa justificación, argumento, excusa, coartada, alegato, descargo de que mejor, mejor, haber sido eliminados de la Copa porque así nos centraremos en la Liga y la Champions, que son los títulos que queremos.

Pues si es así, amigos, no tengáis 550 millones de euros de presupuesto. No hagáis la plantilla más amplia de todos con contratos milmillonarios, como corresponde a la altura del Madrid. No enseñéis el Balón de Oro, ni la foto de los otros ‘balones de oro’, Kroos, Sergio Ramos y James, como mejor gol del 2014. No vayáis al bar de Toñín ‘El Torero’ a hacer una sesión de espiritismo para que resucite Juanito o su espíritu. No saquéis el equipo de gala, como corresponde a la gloria blanca. En fin, no os presentéis.

No solo hicieron todo eso para distraer al personal, al que hoy ya no saben qué decir, sino que, incluso, pude oír que la noticia del día en Madrid ese jueves en el que el Atlético volvió a hacer realidad el tuit de Gianluca, el hijo del ‘Cholo’ Simeone (“despasito, despasito, le rompimos el culito”), era que Cristiano Ronaldo e Irina Shayk, nacida Irina Valeryerna Shaykhlislamova, se han separado. “Eso sí es un desastre para el Real Madrid”, dijo un radiofonista de la capital del reino. Y se quedaron tan anchos. Silenciando la vergonzosa patada de Isco, que quiso vengarse de la eliminación. Digo yo.