El silencio de Ipurua condena al Eibar

Sin su afición, el equipo de Mendilibar ha sido el peor local de la liga, la principal razón que le lleva a Segunda tras siete años en la élite

El único fichaje, el polaco Kadzior, ha sido un fracaso y Bryan Gil ha sido el cedido que más ha dado la talla en toda la temporada

Con Ipurua vacío el Eibar no ha sido el mismo

Con Ipurua vacío el Eibar no ha sido el mismo / EFE

SPORT.es

SPORT.es

Las gradas vacías y silenciosas de Ipurua han acabado condenando al descenso al Eibar, que solo ha ganado dos partidos en su feudo en toda la temporada. Todos los equipos han notado la ausencia de público, pero las pequeñas dimensiones del estadio eibarrés hacían que el empuje del jugador número ‘12’ se notara más que en ningún otro campo. Tras siete años de ‘milagro’ codeándose con los mayores, los armeros han caído de nuevo a la categoría de plata.

A buen seguro que siguiendo con el modelo que le ha permitido mantenerse desde 2014 en la élite, su regreso llegará más pronto que tarde. Una gestión encomiable para el equipo de la población más pequeña de toda Primera División, con poco más de 27.000 habitantes.

Ninguno de ellos ha podido apoyar a los suyos ‘in situ’ para que el pobre balance de 13 puntos como local, el peor de la liga, fuera mayor. Ya sufrió el equipo azulgrana sin su público en el tramo final del curso pasado, algo que, no obstante, no era raro en el equipo de Mendilibar. El Eibar basó muchas permanencias en unas primeras vueltas muy buenas. Este año, en cambio, era la crónica de una muerte anunciada. Dos triunfos a comienzos de mayo le permitieron meterse de nuevo en una pelea en la que parecía desahuciado, pero su destino estaba escrito.

El problema empezó en los despachos, con una gestión deportiva no del todo buena para cubrir las importantes bajas de mediocampo en adelante. Charles, Gonzalo Escalante y Fabián Orellana, que en la anterior campaña dieron muchos goles, no continuaron y se les ha echado en falta. El único fichaje, el del internacional polaco Damian Kadzior, no fue exitoso, ya que acabó cedido a comienzos de este año al fútbol turco.

En cuanto a los cedidos tan sólo Bryan Gil, que ayer logró su cuarto tanto, brilló con luz propia, con algunos destellos de Alejandro Pozo y de Recio, que logró ante el Getafe un tanto que dio vida al Eibar, pero que a la postre no sirvió para nada.

El cuadro guipuzcoano pierde a su director deportivo, Fran Garagarza, y con la duda de la continuidad de su entrenador en las últimas seis temporadas, José Luis Mendilibar, tendrá que recomponerse por completo en Segunda, si quiere volver con garantías a Primera lo antes posible.

No podrá contar con su guardameta titular Marko Dmitrovic, que busca otros aires y jugadores franquicia como Kike García, que este año ha marcado doce goles y ha sostenido con vida al equipo hasta la penúltima jornada, es posible que reciban ofertas en Primera, que le hagan desistir de continuar.

Si excluimos a los cedidos Recio, Pozo, Gil, Aleix García, o el japonés Yoshinori Muto, que muy posiblemente retornarán a sus clubes de origen, el cambio que se avecina en la plantilla armera es muy importante.

El Consejo de Administración del Eibar tendrá la difícil misión de acertar con el nuevo cuerpo técnico y con los refuerzos para cubrir las numerosas bajas que se presumen. De su acierto dependerá que el Eibar pueda retornar pronto a Primera.