Crisis energética

España podría tener operativo "en ocho meses" un gasoducto entre Cataluña y Francia

El tubo, que seguiría el trazado del MidCat, podría asistir al resto de Europa de cara al invierno de 2023 | Para este año, la vicepresidenta confía en incrementar un 30% la capacidad de las tuberías del País Vasco

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. / EP

Sara Ledo

Europa pone en marcha todos sus resortes para evitar el colapso energético. Un día después de que el canciller alemán, 

Olaf Scholzabogase por la construcción de un gasoducto que conecte la Península Ibérica con Alemania, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, 

Teresa Ribera

, ha avanzado que la parte española de una infraestructura que atraviese Cataluña "podría estar operativa en 8 o 9 meses". Este plazo empezaría a contar desde el momento en el que se inicia la construcción, según confirman fuentes del operador del sistema gasista español, Enagás. De esta forma, el nuevo gasoducto podría asistir al resto de Europa de cara al invierno de 2023.

"La idea en la que estamos trabajando con Enagás y con el gestor francés (Térega) es buscar cómo acelerar una primera interconexión con menor complejidad y la otra cuestión importante es la posibilidad y conveniencia de que la propia Alemania sea invitada a trabajar en el grupo de alto nivel sobre cómo hacer mas efectivas las interconexiones con Francia", ha dicho Ribera en declaraciones al programa 'La hora de la 1' de Televisión Española, en las que ha sugerido que el "mensaje de Scholz" podría dar un empujón al proyecto "para generar esa convicción política del interés europeo que tiene un proyecto de estas características".

En cualquier caso, el Gobierno español insiste en que este proyecto debe ser pagado con dinero europeo, servir para transportar gases renovables y contar con el beneplácito de Francia

, para que el país de Emmanuel Macron de continuación al tubo hacia el resto de Europa.

A principios de los 2000, España y Francia trabajaron en un proyecto de gasoducto que atravesaba Cataluña en dirección a Francia, conocido como MidCat que pretendía transportar 7.500 millones de metros cúbicos de gas natural al año a partir de una inversión prevista de 3.000 millones de euros. Pero el proyecto no siguió adelante porque se consideró demasiado costoso en un momento en el que el gas ruso era una fuente fiable y barata de suministro.

Tras la invasión de Ucrania, el operador del sistema gasista español (Enagás) y su homólogo francés (Térega) llevan meses trabajando en la posibilidad de reactivar un proyecto similar al MidCat para ayudar al resto de Europa frente a un posible cierre del grifo por parte de Moscú. El informe ha dado como resultado un nuevo proyecto, distinto al planteamiento inicial del MidCat (diseñado para enviar gas del norte al sur) pero que sigue un trazado similar, de forma que aprovecha la parte construida y a ella se suman unos 100 kilómetros de tubería que restan hasta Francia, además estaría pensado para transportar hidrógeno.

Tras las declaraciones de Ribera, el teniente alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, ha abrazado el proyecto a través de Twitter al asegurar que el consistorio "dará el máximo apoyo para que exista esta conexión y que Barcelona sea un punto clave en la distribución de Gas e Hidrógeno hacia Europa".

Para hacerse una idea, en 2021 la Unión Europea

 importó 155.000 millones de metros cúbicos de gas natural de Rusia, lo que representa alrededor del 45% de las importaciones de gas del continente y cerca del 40% de su consumo total de gas. El país más afectado es Alemania por su elevada exposición al gas ruso y las dificultades para diversificar su suministro por la falta de infraestructuras que conecten con otros países.

En el lado opuesto está España, uno de los países mejor posicionados porque cuenta con un tercio de la capacidad total de regasificación (seis centrales que transforman 

gas natural licuado

(GNL), que se transporta en barco, en gas natural, que puede enviarse por gasoducto) de toda la Unión Europea. La Península Ibérica se convierte en uno de los principales actores para comprar gas y enviarlo al resto de Europa, pero su capacidad actual de exportación se limita a dos tuberías que trasladan gas desde el País Vasco hacia Francia (el Larrau–Alçay y el Irún–Biriatou) con una capacidad máxima de 7.000 millones de metros cúbicos. Esto es un 4,5% del total de las importaciones rusas de 2021.

Para este invierno, el Ejecutivo pretende agilizar el envío de gas a Europa "aprovechando mucho mejor los dos gasoductos de menor tamaño que ya existen" en el País Vasco con la puesta en marcha de un compresor adicional "para aumentar la capacidad de gas en un 30%". "De esta manera, si la capacidad actual está entre 5 y 7 bcm (mil millones de metros cúbicos), podríamos pasar a 8 o 9 bcm. Es decir, podríamos incrementar hasta dos (barcos) metaneros más por esos tubos", ha explicado Ribera. Según declaró el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpiri, en un reciente entrevista en El Economista, este compresor supondría un aumento de la capacidad de alrededor de 1,5 bcm.

"La otra cuestión --ha agregado Ribera-- es el puente marítimo de metaneros de gran tamaño que llegan a Barcelona y trasladan ese gas en barco hasta Livorno". Barcelona cuenta con una de las seis plantas de regasificación de España

--las otras están en Cartagena (Murcia), Huelva, Gijón, Bilbao y Sagunto (Valencia)-- que, con una capacidad de 760.000 metros cúbicos de gas natural licuado (GNL), es la más grande de todo el Mediterráneo. Así, recibirá cargamentos de GNL con destino a Italia en grandes metaneros, los almacenará en sus tanques y se trasladarán en barcos más pequeños a Italia, donde los puertos no tienen capacidad de recepción de barcos tan grandes.

Además, España prevé reactivar la planta de El Musel (Gijón), que se encuentra en la actualidad en hibernación según lo dispuesto en el Real Decreto Ley 13/2012 y está en fase de obtención de los permisos correspondientes para su puesta en marcha de nuevo. La autorización administrativa la obtuvo el pasado 28 de junio y, según Ribera, será en diciembre cuando se reactive.