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María Vasco, ella es única

Es la única atleta española con una medalla olímpica. La consiguió en Sidney 2000 y los JJ.OO. de Londres fueron los últimos que disputó. Con London, su braco de Weimar, desgrana recuerdos y emociones para SPORT & STYLE

María Vasco, protagonista del SPORT&STYLE

María Vasco, protagonista del SPORT&STYLE / sport

CARME BARCELÓ

Cuesta mucho retirarse. Mucho. No sabes cuánto. Y eso que yo soy una privilegiada que lo hizo cuando quiso y a la que no obligó una lesión. Pero colgar las zapatillas fue durísimo. El deporte es mi vida”. María Vasco llora mientras estruja a su London con ese brazo derecho en el que le lleva tatuado junto a su medalla de bronce. El perro llego a su vida de la mano de su prometido, que se lo regaló poco antes de los que iban a ser sus últimos Juegos Olímpicos, hace algo más de cuatro años. Cuando le entregaron la cartilla de pedigree descubrió que habían nacido el mismo día, el 26 de diciembre. “Y eso fue la señal de lo que llegaría a significar London en mi vida- explica- porque se ha convertido en mi mejor compañero de viaje. No sé que sería la vida sin él. Nuestra complicidad es total. Es un campeón que se levanta muy temprano y entrena conmigo. Es incombustible. Me ayudó mucho cuando decidí retirarme. Me sacaba una sonrisa cuando me veía tan triste”. Serán sus primeras olimpiadas en casa después de haber participado en cinco ediciones. María reconoce que “no va a ser fácil seguirlas desde el sofá. Estoy segura de que veré las pruebas de atletismo llorando”. Cada cuatro años reaparece esa medalla de bronce conseguida en la prueba de 20 km en el 2.000 y que hoy trae guardada en su caja blanca y azul. “Tenerla delante y ver que sigue siendo la única te da la medida de lo que cuesta ganarla”, dice. Estará pendiente del equipo español “y tendrá todo mi apoyo. Hemos tenido una baja importante, la de Gómez Noya, que ha sido un golpe para todos. Lo aprecio muchísimo y me ha sabido muy mal”. Le duele enormemente que “no se valore nada que no sea estar en el podio. Quedar cuarta o quinta es la bomba pero no sales en portada”. Ahora su vida es otra. Prepara su boda, realiza entrenamientos personalizados “y enseño a mis niñas del Club Atletismo Gavá, que son unas campeonas y les encanta verme marchar”. María Vasco es única. Y no sólo por esa medalla olímpica.

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