"Los viejos hacemos gracia en Twitter"

Miquel Pucurull, en una de las decenas de maratones que ha corrido

Miquel Pucurull, en una de las decenas de maratones que ha corrido / sport

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Jubilado, 81 años. Miquel Pucurull trabajó toda su vida en la misma empresa. Ha corrido 46 maratones y se preparaba para completar la última de su vida en Barcelona. Autor del libro ‘Mai no és tard’, ha luchado insistentemente para que nadie muera solo en los hospitales estos días.

Has corrido maratones por todo el mundo, Miquel... 

La de Barcelona la he hecho 32 o 33 veces. Luego he estado en ‘majors’ como Nueva York o Londres, en Valencia, en San Sebastián, en Figueres, en Vic. Es un vicio. Pero ya se acabó, las seis horas de margen máximo que dan se me hacen muy difíciles y cada vez lo serán más...

Tenías previsto cerrar el círculo en Barcelona, pero entonces estalló todo esto.

Sí, de mente y físicamente me encuentro bien, pero la zancada es cada vez más corta. Quería poner el punto  final en casa y estuve preparándome a conciencia durante meses. Hacía una tirada de tres horas el fin de semana y luego hora y cuarto seis veces por semana. Llegaba bien y repetiré la preparación para octubre. Hay cosas más importantes ahora...

Hablando de eso, te has convertido en un referente en la lucha porque ninguna persona pase sola los momentos más crudos de la enfermedad.

Es un asunto muy serio. Cuando alguien en una residencia o en un hospital está a punto de morir no se le puede dejar desamparado, me parece lo más cruel del mundo. Hasta hace poco estaba sucediendo y me hervía la sangre. Una parienta cercana falleció sola y me dio muchísima rabia. He intentado desde mi humilde posición en las redes hacer presión y compartirlo con la gente.  Tengo 81 años...

¿Eso genera a alguien de tu edad más miedo o indignación?

A cualquiera de mi edad debe generarle una profunda indignación. Lees que los enfermos a partir de 80 años no entrarán en la UCI y obviamente no te deja muy tranquilo.

Cambiemos de tercio. Eres muy activo en Twitter y tienes un buen séquito de seguidores. 

¿Sabes qué pasa? Los que somos viejos y hacemos cualquier cosa a la gente le hace gracia. Los periodistas os interesáis cuando un abuelo o una abuela corremos maratones, es así, os hace gracia. Yo estoy en Twitter por una razón, para mantener la mente abierta. Cuando te haces mayor, más allá de la parte física, tienes que forzar para poder mantener bien la cabeza. Conversar, escribir. Me gusta Twitter porque te tienes que esforzar a condensar los mensajes. 

Se está generando estos días más odio que nunca en Twitter. Bandos enfrentados, descalificaciones... parece que todo vale.

No tengo ningún problema, si alguien me falta, lo bloqueo directamente, pero afortunadamente no me pasa casi nunca. Tengo la suerte de ser una persona querida en el mundo del ‘running’ y la mayor parte de mis seguidores son corredores o corredoras.  

Tienes otra curiosa afición también, Miquel, que es escribir cartas a los periódicos...

Sí, creo que habré escrito más de 300 cartas. Normalmente de tipo social o deportivo. Lo hago por lo mismo, para mantenerme mentalmente en forma. Hasta jubilarme no había mandado ni una...

Cuéntanos cómo empieza tu idilio con este mundo de correr.

Comencé a los 40. El 1979. Siempre como aficionado. Por aquel entonces estaba muy pasado de peso y mi hija, que fue una maratoniana de élite, por cierto (Elisenda llegó a ganar la Marató de Barcelona), me enganchó. Entrenaba con ella y corrí mi primera carrera en Santa Coloma, por las fiestas. Me enganchó por completo. Debo haber hecho más de 700 cursas. 

41 años después mantienes la ilusión intacta. Ni el deterioro físico del tiempo, nada te la ha arrebatado. ¿Cómo puede ser?

Pues no te lo sabría decir. ¡Ni idea! Corro porque veo que me va muy bien en todos los aspectos, tanto físico como mental. Procuro mantener estas dos facultades y simplemente por eso sigo corriendo. Tengo suerte de que no me he lesionado mucho, nada grave.  

Imagino que aquello de que tienes un espíritu más joven de lo que dice tu DNI te lo habrán dicho mil veces...

Eso es una estupidez y cada vez iréis viendo a gente mayor con un espíritu más jovial, abuelos que hacen más deporte. No soy ninguna excepción. En el extranjero y aquí hay personas de mi edad que bajan de las cuatro horas en maratón. Eso es una burrada. También médicos de más de 80 años que siguen pasando consulta en su clínica o escritores de 90 años que continúan publicando. ¡Josep Maria Espinàs sigue escribiendo a sus 93 años! Es una incógnita las capacidades que tenemos a cada edad. Lo importante es hacer lo posible para  no oxidarte. 

Empezaste a correr para luchar contra el sobrepeso, trabajaste toda la vida, te jubilaste, empezaste a escribir cartas a los periódicos, te convertiste en un usuario de Twitter famoso. Solo te faltaba escribir un libro.

(Risas). Bueno, sinceramente vino más el libro a mí que yo ir a buscarlo....

No te pillo...

Mira, yo cuando corro las maratones lo hago recaudando dinero para una causa solidaria. ‘Run for charity’. Arranqué con eso, intentando recabar fondos para la investigación de la diabetes infantil para el Hospital Sant Joan de Déu. Un buen día fui a Catalunya Ràdio a explicar la historia y me escucharon los de la editorial ‘Planeta’. “Hemos leído cosas sobre lo que haces y te hemos escuchado y nos interesaría contar tu historia en un libro”. Ya otro periodista (Marc Cornet) se había interesado así que nos pusimos todos manos a la obra. 

Un libro a cuatro manos...

Así fue. La verdad es que tuve suerte de que una editorial así se interesara. Es una satisfacción absoluta, una vez lo publicamos fue la culminación de algo. Gustó bastante, tuvo buena acogida. Muchos me han escrito para explicarme que les había servido mucho la historia. 

Por cierto, hemos hablado de la parte más agria de todo esto del coronavirus. ¿Acostumbrado a correr más de una hora cada día cómo vas saciando ese ‘mono’?

Por suerte tengo una bicicleta estática. Hasta hace poco estaba muerta de asco y ahora me va de coña. Hago una hora cada día, subo las escaleras, voy a comprar el periódico. Esperando a que todo esto pase.

Miquel, te seguiremos la pista en el Maratón de Barcelona. Seguro que puedes despedirte como mereces. 

El 25 de octubre. Ahí está mi punto de mira. No veo el momento de empezar la preparación. Será dura, como las anteriores, pero a testarudo y a ilusión no me gana nadie.