El mito de los All Black se declara un apasionado del rugby a 7

Jonah Lomu: "Me encanta el Barça y admiro a Leo Messi"

Alto como un armario ropero, la leyenda de los ‘All Blacks’ habló de la competición que tendrá lugar este próximo fin de semana en el Estadi Olímpic de Montjuïc

Carlos R. Galindo

De nombre: Jonah. Y de apellido: Lomu. Pese a su increíble envergadura de casi dos metros de altura, más de ciento veinte kilos de peso y sus brazos repletos de tatuajes, el exjugador neozelandés de rugby habla con parsimonia y medita las respuestas. Tiene pinta de buena persona. De noble. Desde luego, no es tan fiero como lo pintan... al menos, fuera de los campos. Se declara un enamorado de Barcelona y, sobre todo, del FC Barcelona, del que dijo a este periódico que “es como los Alls Blacks, mucho más que un equipo”.

Le pregunto por algunos jugadores y me arruga el entrecejo. Tan sólo conoce a Leo Messi “porque en mi última visita a su ciudad, asistí a un partido invitado al palco. Creo que el Barça jugaba contra el Arsenal. Me encantó con la facilidad con la que controlaba el balón entre sus pies. Lo hace de una manera que parece fácil”, dijo. De lo que sí habla es del Campeonato de Europa de rugby a 7 que se va a disputar este próximo fin de semana en el Estadi Olimpic de Barcelona: “esta ciudad descubrirá el encanto de un deporte rápido, vibrante, explosivo, de contacto... Será olímpico en los Juegos y creo que tiene por delante un futuro espléndido”, explicó.

El deportista ya retirado, considerado un mito del rugby mundial y miembro del Salón de la Fama de ese deporte, dijo que en su país “todos los niños sueñan con jugar algún día en los All Blacks. Me imagino que algo parecido ocurre en Barcelona con la plantilla azulgrana. Allí, los nombres de los jugadores son coreados con la misma pasión que aquí Leo Messi. El rugby es una religión en Nueva Zelanda y también en Australia. Y al rugby a 7 le auguro un gran desarrollo, porque se enfrenta a una etapa espectacular, con su inclusión en el programa olímpico. Es lo mejor que le podía pasar. Nos dará a conocer en todos los rincones del planeta y cobrará una nueva dimensión”, matizó. El propio Jonah Lomu admite que “hubiera dado lo que fuera por estar en unos Juegos Olímpicos. El solo hecho de poder estar cerca del atleta jamaicano Usain Bolt hubiera colmado todos mis deseos. A unos Juegos acuden los mejores deportistas del mundo”. Admite que el rugby cambió su vida: “me proporcionó carácter y personalidad y me hizo ver la vida de otra forma. Ahora entiendo la competencia como algo sano, puro, noble... Los jugadores han de asumir su responsabilidad en un mundo repleto de irresponsabilidad, envidia y odio. Todo y a pesar de que el rugby es un deporte de contacto, a menudo con roces y momentos de tensión, sus practicantes parten del máximo respeto por el rival”, subrayó.

Enorme como un armario ropero, sorprendió en su etapa como jugador por su fortaleza y por su increible punta de velocidad ¿fue conocido por el apodo de `Speed¿. El abrió el melón de futuros jugadores como Johnny Wilkinson, Sébastien Chabal o Dan Carter. Sin embargo, una afección renal le obligó a pasar por el quirófano para que le fuera transplantado un riñón en 2004, que cortó de raíz su carrera deportiva. En 2007 arrojó la toalla definitivamente. “Estoy muy orgulloso de lo que he hecho en mi vida. Antes de operarme, prefería entrenarme durante diez horas antes que pasar por la diálisis. Quién sabe hasta dónde hubiera llegado en caso de que la salud me hubiera respetado. Son cosas del deporte. También te puede atropellar un camión. La gente creyó que era tonto por poner en peligro mi salud pero yo sólo quería intentarlo. Eso es lo que debía hacer y no lamentar mi mala suerte o rendirme”.