Foreman denuncia que lo drogaron en la gran pelea

Las memorias de George Foreman han devuelto a la actualidad el combate que dividió en dos al mundo negro.

Fue uno de los grandes acontecimientos del año 1974. Con el título de los pesos pesados en juego, el campeón George Foreman se enfrentaba al aspirante Cassius Clay, ya convertido al islam y respondiendo al nombre de Mohammad Alí. Y la pelea tenía lugar en pleno Africa, en Kinshasha, la capital de la actual República Democrática del Congo, el antiguo Zaire.

El combate, conocido como 'Rumble in the Jungle' -'Ruido en la Selva'-, centró la atención del mundo del deporte y, además, enfrentó a la comunidad negra. Ali repersentaba a las clases bajas y personificaba todas las reivindicaciones de la oprimida raza negra; por contra, Foreman era el icono de las escasas clases medias y altas negras.

Ahora, casi 33 años después de su derrota por KO en el octavo asalto, George Foreman hace públicas en sus memorias sus sospechas de que lo drogaron antes del combate. En su libro 'God in My Corner' -'Dios en Mi Esquina'-, 'Big George' explica a sus 58 años que "antes de que empezara el combate, mi preparador me dio a beber agua que sabía a medicina. De hecho, escupí la mayor parte de ella... e incluso le dije a mi preparador: Estoy seguro que este agua tiene alguna medicina".

La gran cita hubo de retrasarse un mes a causa de una lesión de Foreman, lo que aprovechó su rival para terminar de ganarse las simpatías de los nativos. Ante una gran muchedumbre que llenaba a reventar las gradas del Estadio Nacional de Kinshasha, casi el cien por cien de los asistentes tomó partido por Mohammad Alí. De hecho, desde el primer asalto sólo se oía una y otra vez el famoso "¡Alí bomayé!, ¡Alí bomayé!" -¡Alí, mátalo!, ¡Alí mátalo!-.

Foreman empezó llevando la iniciativa e hizo sufrir al aspirante en el primer asalto. Sin embargo, un 'Big George' demasiado cansado fue perdiendo fuelle hasta que, en el octavo 'round', conoció por primera vez una derrota por 'knock-out'.

Ahora, Foreman afirma que "después del tercer asalto empecé a sentirme tan cansado como si hubiera boxeado ya los 15 a los que estaba pactada la pelea". "Me preguntaba a mí mismo qué era lo que me estaba pasando y también empecé a pensar una y otra vez si alguien había puesto algún tipo de droga en mi agua", narra el ex boxeador en el libro de su vida.

Unas denuncias que llegan demasiado tarde, con Muhammad Alí víctima de un galopante 'Parkinson' y con su preparador, el mítico Angelo Dundee, con 84 años. El combate pasó a la historia como uno de los más míticos de la historia del boxeo. Una pelea de las que, por desgracia, está huérfano un deporte cada vez más carente de figuras carismáticas y de eco mediático.