Dos jugadoras iraníes rompen barreras en el voleibol profesional de Bulgaria

Maedeh Borhani y Zeinab Giveh volibol iraní

Las jugadoras iranís Maedeh Borhani y Zeinab Giveh durante la sesión de calentamiento / AFP

EFE

Un modesto club de voleibol búlgaro, el YEB Choumen, ha integrado en sus filas a dos jugadoras profesionales iraníes, Maedeh Borhani y Zeinab Giveh, que esperan abrir las puertas a que otros deportistas de su país sigan su camino.

La ciudad de Choumen, al noreste de Bulgaria, fue testigo este sábado de cómo, por primera vez, dos mujeres deportistas de Irán competían en suelo europeo.

Aunque el partido se saldó con derrota, las protagonistas, Borhani y Giveh (de 29 y 33 años respectivamente), no podían esconder su entusiasmo.

"Estamos orgullosas de ser las primeras mujeres de nuestro país que juegan en Europa y hacen historia en Irán", explicó a la AFP Maedeh Borhani durante un entrenamiento con su nuevo equipo.

Las dos jugadoras -una de las cuales, Zeinab Giveh, es la capitana del combinado nacional de Irán- llegaron a Bulgaria en enero y buscan con su iniciativa "servir de ejemplo a otros deportistas iraníes de nivel internacional que quieren salir al extranjero".

El voleibol es uno de los deportes más populares de Irán y, como en tantas otras disciplinas, las mujeres tienen prohibido asistir a los partidos de equipos masculinos.

Una tradición a la que Borhani y Giveh siguen sujetas. Pese a jugar en Europa, las dos mujeres continúan vistiendo con el atuendo que utilizaban en su país: un pañuelo que les cubre la cabeza y un atuendo negro y ajustado que les cubre brazos y piernas.

- El velo como condición -

La vestimenta fue una de las condiciones que impuso la Federación Iraní de voleibol y el ministerio de Deportes para permitir que ambas mujeres cruzasen la frontera.

"Estamos aquí para jugar al voleibol. Nuestra religión y sus reglas no suponen un problema", explica en ese sentido -y con los labios pintados de rojo- Maedeh Borhani.

Ambas dicen haber encontrado su lugar en esta ciudad de cerca de 88.000 habitantes, situada a menos de 100 kilómetros del Mar Negro y donde vive una importante comunidad turca y musulmana debido al pasado otomano del país.

"La vida es fácil y simple en Bulgaria, el clima es agradable y la gente simpática" asegura Zeinab.

Bulgaria, por su parte, prohibió en septiembre el uso del velo integral islámico en los lugares públicos, una medida implementada dentro de un contexto de auge de los discursos nacionalistas, motivados por las crisis de refugiados.

Un escenario que ha motivado, en alguna ocasión, los insultos de equipos rivales; extremo que el entrenador de ambas jugadoras, Mehmed Basharan, de 48 años, matiza: "Son bromas y provocaciones a las que no les damos importancia", asegura, preocupado únicamente por meter al equipo entre los cuatro primeros clasificados para poder disputar así competiciones europeas