Carolina Marín vuelve a la competición pensando en los Juegos de Tokio

Carolina Marín

Carolina Marín, lista para regresar a las pistas / efe

EFE

Carolina Marín vuelve a la competición 227 días después de su grave lesión de la rodilla derecha -rotura del ligamento cruzado anterior-, y lo hace en el Abierto de Vietnam, un torneo de nivel medio, en busca de ritmo de competición pensando ya en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Tras más de siete meses de arduo y sacrificado trabajo de recuperación, la campeona olímpica en Río de Janeiro 2016 quiere comenzar el camino para renovar la medalla de oro olímpica en la capital nipona.

Este miércoles 11 de septiembre es el gran día, ante la tailandesa Supanida Katethong, número 69 del ránking mundial y con la que nunca se ha enfrentado. Marín, tres veces campeona del mundo y cuatro de Europa, ocupa en la actualidad el número 25 en la clasificación mundial y pese a esto y a su larga ausencia lo hará como segunda favorita del cuadro final del torneo.

La jugadora onubense es una auténtico ídolo en Vietnam y ha elegido este torneo por dos razones: la primera, porque al ser un torneo 100 sus rivales no serán las más fuertes del mundo, que se han reservado para el Open de China (Máster 1.000) que se disputará la semana siguiente. La segunda razón es llegar a este Open de China con algunas sensaciones en competición.

Marín debuta con el claro objetivo de "ganar el torneo", pero reconoce que lo principal es recuperar buenas sensaciones tras el mayor parón de su carrera.

"La semana pasada en Madrid ya empecé a meter partidos contra mis compañeros y la verdad es que bastante bien. La rodilla no me ha molestado en ningún momento. De hecho, me molestan más otras partes del cuerpo que la rodilla", bromea.

Fascinada por descubrir una cultura nueva y disfrutar de la gastronomía vietnamita, aseguró que el parón le ha permitido dedicar tiempo a aspectos "técnicos y tácticos" y afirmó que ha recuperado la forma física de antes de la lesión.

"He trabajado sobre todo parte táctica. Yo me lesioné en un salto rectificado y estamos empleando la táctica de no correr detrás del volante sino que yo provoque cosas en las pistas", indica.

Además, reveló que la lesión le ha hecho "crecer como persona y como jugadora" y le ha permitido aprender "cosas que creía muy complicadas", en especial la paciencia.

"Yo soy muy activa, muy nerviosa, e cuesta tener paciencia, pero no me ha quedado más remedio con la lesión que esperar al momento para volver a empezar. Incluso cuando empecé a encontrarme mejor, mi entrenador me decía que frenase, que no hacía falta acelerar el proceso porque podía repercutir en la rodilla. De eso he aprendido mucho y la paciencia es muy necesaria en la pista", recalca.

Marín lleva más de dos meses sin pensar en su rodilla y juega sin miedos de que se reproduzca, pero es consciente de que las demás jugadoras intentarán utilizar ese factor para meterle presión.

"No es algo que me preocupe. Voy tranquila, tengo confianza y he vuelto a recuperar la musculatura de la pierna", afirma confiada.

A la campeona onubense tampoco le inquieta el estado de forma de sus rivales ni los cuadros que le puedan tocar en los torneos venideros y afirma desafiante que son ellas quienes deberían preocuparse de enfrentarse a ella. "Yo sé en qué estado de forma están ellas, pero ellas no saben cómo estoy yo ahora mismo", dice.

Confiesa que lo más complicado de su vuelta es evitar compararse consigo misma antes de romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha en el Masters de Yakarta.

"Hace un mes en los entrenamientos me comparaba mucho con la de antes. Pero tengo que aceptar que soy diferente, no soy como la de antes sino que tengo cosas mejores que la Carolina de antes", explica.

Tras el Open de Vietnam, que termina el domingo, Marín competirá en el Masters 1000 de China y enlazará con el Masters 500 de Corea del Sur, y los Masters 750 de Francia y Dinamarca en noviembre con el objetivo de ir sumando puntos y conseguir la clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, su próxima gran meta.