MUNDIALES DE NATACIÓN

Otro bronce para Carbonell

Ona Carbonell conquistó su primera medalla como solista en un Mundial al terminar tercera solo por detrás de la rusa Svetlana Romashina y la china Xuechen Huang

DPA

La nadadora española Ona Carbonell conquistó este miércoles otro bronce como solista en el Mundial. Con este, acumula ya tres bronces en los Mundiales de Natación que se disputan en Barcelona, su ciudad natal.

Al ritmo de las notas de la canción icónica de los Juegos Olímpicos de Barcelona, Carbonell se subió al tercer peldaño del pódium que lideró la impresionante Svetlana Romashina. Convertida en Marilyn Monroe y con 97.340 puntos, la nadadora rusa debutó como solista con el décimo cuarto oro de su carrera. Sólo su compatriota, la ya retirada Natalia Ishchenko, acumula más metales dorados: 16.

Por detrás de Romashina, la china Xuechen Huang, con 95.720 puntos, privó a Carbonell (94.290) de igualar la plata lograda por Andrea Fuentes en el pasado Mundial de Shangai."Pese a ello, estoy muy contenta. Me he notado mucho mejor que en las semifinales y he vivido algo muy especial. Las puntuaciones eran previsibles", señaló Carbonell, muy emocionada.

Su reto era mayúsculo: emular en cuestión de meses lo que Gemma Mengual y Andrea Fuentes lograron en un proceso de años.Pero la sincronizada española no tenía otra opción si quería mantener el estatus alcanzado durante el largo reinado de Anna Tarrés, con Mengual, la musa y ejecutora de todas sus creaciones. España, inmersa en un cambio generacional, no tenía otra nadadora capaz de asumir semejante papel.

Sólo Carbonell podía llenar el vacío dejado por Fuentes cuando la capitana española decidió retirarse, por sorpresa, a seis meses del Mundial. "Ona es una solista nata", asegura Mengual. "Pero le falta experiencia y encontrar su propio estilo", añade la ahora responsable artística del equipo español.

"Hemos creado un solo a su medida". Con la emotiva música con la que Monserrat Caballé y Freddie Mercury cautivaron al público en los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992. Carbonell nadó mejor que en la clasificatoria. Con más precisión, más pasión y más energía, pese a acumular ya diez chapuzones en la piscina. En algunos gestos, la nadadora catalana incluso recordó a Mengual. Aunque sin el ángel de la estrella de la sincronizada española. "Mientras nadaba, pensaba en Gemma, en Mayo, en Montserrat Caballé y en toda la gente que tanto me ha ayudado para llegar hasta aquí", confesó Carbonell, que también suma una plata con el equipo en estos campeonatos.

Estando embarazada de su segundo hijo, con toda su barriga, Mengual se sumergió en la piscina para guiar a Carbonell en el complejo aspecto de la interpretación."Exageraba todos los movimientos para que ella se soltara", cuenta Mengual. Con la ayuda también de la francesa Virginie Dedieu, la mejor solista de la historia de la sincronizada, Carbonell fue adquiriendo la soltura y la técnica necesaria para ganarse a los jueces."Su progresión ha sido espectacular: ahora consigue hacer las cosas desde el corazón", asegura Mengual. Tanto, que cuando Carbonell concluyó su rutina de Barcelona, Mengual no pudo contener la emoción ni las lágrimas al borde de la piscina.Carbonell, tampoco.

"Ha sido épico, un momento único, súper emotivo, que no volveré a vivir", señaló la nadadora española, con la voz entrecortada."Pese a lo duro que era, he disfrutado cada momento del ejercicio. El apoyo del público ha sido increíble y ésta ha sido una experiencia inigualable", concluyó Carbonell, que aún tiene por delante el reto de conquistar tres medallas más.