Miguel Ángel Roldán grita contra la ELA a 5.500 metros en el Everest

Nunca antes un afectado por esta grave enfermedad había alcanzado semejante altitud

La ELA sorprendió a Roldán en 2018 pero, desde entonces, continúa ganándole batallas

Miguel Ángel Roldán, gritando nada más alcanzar el campo base del Everest

Miguel Ángel Roldán / SPORT.es

Josep González

Josep González

"No pretendo dar lecciones a nadie. No hago deporte solo para frenar la ELA, sino para no rendirme. No voy a sentarme en el sofá a esperar. Solo quiero que mi hijo de casi 7 años no vea que su padre no se rinde”. Son palabras de Miguel Ángel Roldán, un atleta cordobés que se ha convertido en el primer afectado por Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) que asciende a 5.500 metros de altitud, en uno de los campamentos base del Everest, un desafío que nunca antes había alcanzado un afectado por esta enfermedad.

La ELA sorprendió a Roldán en 2018 pero, desde entonces, sigue ganándole batallas, la última en la mítica cumbre del Himalaya. Su objetivo, su lucha, es visibilizar la existencia de la enfermedad que padece y seguir reclamando que se destinen más recursos para la investigación de la misma con el objetivo de que algún día pueda existir una cura.

Preparador y profesor de educación física, antes del diagnóstico dedicaba buena parte de su tiempo al triatlón, llegando a completar incluso media docena de Ironman. Aunque al principio se vino abajo, se rebeló conta la ELA y, con el apoyo de los suyos y un coraje sin desaliento, lleva los últimos cuatro años acometiendo retos cada vez más complicados que llevan al límite a su cuerpo.

Los 5 gritos de lucha contra la ELA

La expedición en el Everest de la que ha formado parte el andaluz dentro del proyecto HimELAya-Grito de vida forma parte del proyecto denominado ‘Los 5 gritos de lucha contra la ELA’, con el que se busca reivindicar una vida más digna, unos cuidados expertos continuados para las personas afectadas de ELA y más inversión en investigación.

Y, cómo no, fue con un grito, bajo la silenciosa mirada de la cumbre del Everest, la montaña más alta de la tierra, como Roldán culminó su última proeza. “Esta es una experiencia inolvidable de vida gracias a este equipo de gente”, subrayó exhausto, sin aliento pero sonriente y feliz, inmensamente feliz, nada más culminar su reto.

No será, sin ninguna duda, el último desafío de Miguel Ángel Roldán, que seguirá rompiendo moldes, manteniendo su titánica lucha contra una ELA que le va debilitando sus músculos, paralizando sus brazos y piernas... No será, seguro, su último grito.