La edición más dura de Transpyr Coast to Coast

A pesar de la inclemència del tiempo y las restricciones por COVID

Los ciclistas de todo el mundo logran cumplir la legendaria misión

La edición más dura de Transpyr Coast to Coast

Momento de la salida de la etapa / Transpyr

Sport.es

Era una de las ediciones más esperadas de Transpyr Coast to Coast de los últimos años. Lo fue desde el momento que desveló el nuevo itinerario y multiplicó el interés en el momento que se tuvo que aplazar por efectos de la COVID.

Finalmente, el domingo 13 de junio se iniciaba la onceava edición de un evento que ha sido considerado varios años como una de las mejores carreras de mtb del mundo. Y lo hacía con un nuevo recorrido completamente, una ruta híbrida que unía la parte francesa con la española y que contaba con el aliciente de empezar allí donde siempre había terminado Transpyr Coast to Coast, en el mar Cantábrico. Por si fuera poco, la organización se tuvo que adaptar a los efectos de la pandemia COVID19 tanto en Francia como en España, con alojamientos turísticos todavía cerrados, medidas restrictivas, pasos fronterizos cerrados, y otros obstáculos.

Así, a las 9 de la mañana empezaba la prueba de mountain bike desde la orilla de la playa en Saint-Jean-de-Luz en una salida dividida en pequeños grupos, y seguidamente, Transpyr Backroads, los ciclistas de carretera que tenían delante suyo más de 1000 km entre puertos míticos y carreteras desconocidas.

La primera etapa sorprendió al grupo de ciclistas no solo por el inesperado calor de más de 30 grados, sino también por las pronunciadas cuestas de la cordillera en territorio vasco. A pesar de ser la etapa más corta de Transpyr Coast to Coast, ya hizo mella físicamente y mostró lo que sería la onceava edición.

La segunda etapa salía del conocido frontón de Saint-Jean-Pied-de-Port, en pleno camino de Santiago francés y volvía a presentar un relieve muy exigente con 2.800 metros de desnivel y 92 kilómetros entre las zonas boscosas de Irati, laderas empinadas y vistas impresionantes para los de montaña. Por su parte, los ciclistas de Transpyr Backroads tuvieron que superar una de las etapas más duras de la semana, con 139 km y un desnivel positivo de 3.700 metros con el momento culminante de superar el Col de la Hourcère-Issarbe, un puerto que se incluyó por primera vez en el último Tour de France.

La tercera etapa, con salida desde Oloron-Sainte-Marie, en la zona del Pirineo del Béarn, tenía el encanto de discurrir por la región del Tourmalet y del Pic du Midi lo que impresionó a todo el grupo de ciclistas. Los de montaña, por un recorrido de 107 km y 3200 metros desnivel que combinaba las pistas implacables en las subidas con divertidos senderos en las bajadas, atravesar la ciudad de Lourdes a mitad de itinerario y la rápida bajada hasta Bagnères de Bigorre. Para la carretera, fue la etapa reina con el paso por colosos del Tour de Francia como el Aubisque o el Tourmalet, este último como en las grandes hazañas de la mítica carrera, bajo un fuerte chubasco que no detuvo a los ciclistas. En total, 152 kilómetros y 4000 metros de desnivel por los lugares mágicos del Tour.

El ecuador de la prueba se cruzó en la cuarta etapa, entre Bagnères de Bigorre y Vielha. Del Pirineo francés al catalán manteniendo la vertiente atlántica del itinerario. Una etapa que tuvo que variar el recorrido en el último momento por inesperadas instrucciones de la prefectura francesa, pero que no impidió poder ofrecer una muestra de las inacabables opciones de ciclismo que ofrece la comarca del Haute Bigorre. Y entonces llegó la tormenta. Cada Transpyr Coast to Coast tiene su etapa de tempestad y esta vez encontró a los participantes saliendo de la Val d’Aran y entrando en el Pirineo de Lérida. Aunque la mayoría de los participantes pudieron terminar la etapa, grupos de ciclistas se enfrentaron a unas rigurosas condiciones meteorológicas de manera que la organización decidió neutralizar una parte de la etapa para los ciclistas de montaña.

El sexto día volvió a salir el sol y con ello territorio conocido por Transpyr Coast to Coast: la etapa que unía la Seu d’Urgell con Camprodon tenía un largo kilometraje con 108km y +2.900m para los de MTB y 138km y +2.900m para los de Backroads, superando el Coll de la Creu de Maians y la collada Verda, y la Collada de Toses y Coll de Jou respectivamente. El agua caída el día anterior sorprendía a los ciclistas que ya notaban el cansancio de cinco etapas en situaciones meteorológicas muy diferentes. A pesar de ello, y con la sensación de estar a solo 24 horas de cumplir el sueño de cruzar los Pirineos, se llegaba bajo el mítico puente de Camprodon tras una emocionante bajada de varios kilómetros. Y finalmente llegaba la última etapa, merecedora del dicho de que “no hay ninguna etapa fácil en Transpyr Coast to Coast”. 107 kilómetros para la montaña y 152 en carretera para unir las regiones gerundenses del Ripollés y del Ampurdán. Más de cien kilómetros para poder cumplir la misión y así, un 87% de los participantes que empezaron en el Cantábrico, pudieron juntar el agua de los dos mares, uno de los símbolos icónicos e irremplazables de esta carrera-aventura. La clasificación general de Transpyr Gran Raid MTB, conseguida en los tramos cronometrados del recorrido, sería encabezada por Oscar Sebastian y Albert Rota en categoría masculina, Iker Irastorza y Carlos Medina en la de master, Diego Galofré y David Cuadrado en la gran master y, finalmente, Siska Simone Marrecau y Dries Smeuninx en la categoría mixta. Y para los individuales, fue el día de homenajear a los ganadores del Transpyr Gran Raid MTB Solo Criterium by Pirelli: Manuel Llano en categoría masculina y Ana Martínez en la femenina.

Terminaba con esta ceremonia la edición más difícil de Transpyr Coast to Coast, tanto para la organización como para los y las participantes. Una edición que volvió a unir dos mares y dar a conocer los Pirineos como una tierra de auténtico ciclismo.