La montaña rusa emocional previa al Marathon Des Sables

La carrera es un desafío, pero también una oportunidad para demostrarnos nuestra fuerza mental y física y para crecer como personas

Matahon des Sables

Matahon des Sables

El MARATHON DES SABLES debería escribirse siempre en mayúsculas, pues son palabras mayores física y emocionalmente hablando. Es una de las carreras de ultra-resistencia más duras del mundo, de seis días, que cubre una distancia de 250 kilómetros en el desierto del Sahara, en Marruecos. Es de autosuficiencia, por lo que los participantes debemos llevar todo lo que necesitemos durante la carrera para sobrevivir, incluyendo alimentos, ropa, saco y todo el material obligatorio (botiquín, succionador de veneno, brújula, manta térmica, mechero, etc).

 Ésta será la 37ª edición, que se desarrollará bajo el auspicio del Ministerio de Turismo de Marruecos y reunirá a alrededor de 1.200 participantes. Y tras meses de preparativos y entrenos, ¡ya estamos en la recta final! Éste será el programa que viviremos:

·        20 de abril volamos a Marruecos

·        21 de abril: Traslado al campamento

·        22 de abril: Verificaciones técnicas, administrativas y médicas

·        23 al 28 de abril: Etapas cronometradas en autosuficiencia. Y aquí veremos quién logra ser finisher, con la soñada medalla al cuello, y quién se queda por el camino por abandonos, no entrar en los cortes u otros motivos. Pero sea un resultado u otro, siempre va a ser una experiencia vital con un aprendizaje único. Sólo los preparativos y la participación ya son dignos de sentirse orgulloso.

·        29 de abril: Etapa cronometrada “Solidaridad”, con autosuficiencia alimentaria, sobre la que escribí en un reciente artículo publicado en este medio

·        30 de abril: Día libre. ¡Qué de reflexiones y emociones por compartir!

·        1 de mayo: Regreso a casa con un sueño en nuestros corazones por haber vivido una aventura tan única. 

 A medida que se acerca el pistoletazo de salida, los corredores experimentamos una montaña rusa de emociones, una mezcla de sentimientos muy potentes, con dos grandes protagonistas:  miedo e ilusión. 

El miedo

El miedo es muy común en cualquier tipo de prueba similar a ésta. Es una emoción que surge de la comprensión de la dureza de la carrera, del conocimiento de que incluso los corredores más experimentados pueden tener dificultades para terminarla, de la preocupación por la capacidad de sobrevivir en el desierto –especialmente si nunca se ha corrido en condiciones como éstas-. ¡Pero es un miedo que nos mantiene vivos! Es respeto ante el desafío que se nos presenta a los corredores, conocedores de lo importante que es mantener una actitud enfocada y dosificar fuerzas para ir superando etapas y dificultades como el cansancio físico propio de la carrera, el escaso descanso de cada noche en las haimas, los efectos de la comida liofilizada en el cuerpo, el desgaste de las temperaturas extremas de calor diurno y frío nocturno, las más que posibles heridas en los pies y otras lesiones, el peso de la mochila…

La ilusión

 La ilusión proviene del deseo de desafiarnos a nosotros mismos, de superar nuestros propios límites y experimentar la emoción de la competición en uno de los entornos más extremos del mundo. Los corredores estamos ansiosos por enfrentarnos a todo lo que podamos vivir. Para muchos, la carrera es un sueño que hemos tenido durante años, y estamos emocionados de finalmente tener la oportunidad de cumplirlo. Esta ilusión o ganas puede ser una emoción poderosa que nos ayuda a mantener la motivación y el enfoque para seguir adelante.

 Cada corredor experimentaremos éstos y otros sentimientos de manera diferente, pero es importante reconocer que son parte de la experiencia de correr el Marathon des Sables. Los corredores debemos reconocerlos y aceptarlos, utilizarlos como motivación, aprender a controlar nuestros miedos, la tolerancia al dolor.... La carrera es un desafío, pero también una oportunidad para demostrarnos nuestra fuerza mental y física y para crecer como personas.

La emoción de correr en el desierto, la belleza de los paisajes y la sensación de logro al completar la carrera hacen que todo el esfuerzo valga la pena. Muchos participantes describen la experiencia del Marathon des Sables como transformadora, una experiencia que cambia su perspectiva de la vida y les ayuda a superar desafíos futuros. A mi vuelta describiré cómo ha sido la mía. Estoy convencida de que la escribiré con letras de oro en el libro de mi vida. ¡Deseadme suerte!

Paula Fernández-Ochoa

Consultora & Speaker en entornos de alta competición

Socia de MoreThanLaw+ y de VivircorRiendo

Miembro de la RFEDI y del COE

Colaboradora del Diario Sport

@Vivircorriendo @paulafdezochoa

"Que a reír no te gane nadie"