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ENTREVISTA SPORT

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VELADAS SONORAS

Mikel Erentxun: “No me gusta el fútbol, me gusta la Real Sociedad”

El que fuera uno de los tres fundadores de Duncan Dhu celebra las cuatro décadas de la icónica banda con una gira en solitario donde repasa míticas canciones que han marcado a varias generaciones. Nos sentamos a hablar de ‘su’ queridísima Real Sociedad y del deporte que practica a diario que, dicho sea de paso, le salvó la vida hace ya trece años

Mikel Erentxun, uno de los fundadores de Duncan Dhu

Mikel Erentxun, uno de los fundadores de Duncan Dhu / Jokin Fernández

Ignasi Sagnier

Ignasi Sagnier

Siempre empezamos este ciclo de entrevistas sonoras con la misma pregunta. Deportivamente hablando, si tuviese que hacer un paralelismo, ¿en qué momento siente que se encuentra su carrera?

Estoy un poco como Messi o Ronaldo. Diría que me he ido a jugar a Miami donde el nivel no es el de aquí. Siento que esta es mi última gran temporada y…bueno no, espera. Cambio el discurso. Pienso que todavía estoy jugando en Europa. Te diría que soy un Robert Lewandowski. Siento que estoy en llegando al final de mi carrera, pero todavía puedo dar mucha guerra en el campo. Aún me veo capacitado de estar a un buen nivel y creo que puedo meter goles en la Champions League. Así lo creo. Bueno no espera (risas) que mientras voy pensando en la pregunta me vienen más nombres y comparaciones a la cabeza. Soy como David Silva en su última temporada en la Real Sociedad. Cierto, me gusta más David.

¿Por qué David Silva?

Por dos motivos: porque es mi amigo y porque que he tenido la suerte de conocer y disfrutar al mejor jugador que ha militado en la Real. Fue un auténtico lujo tenerlo en el equipo y en el final de su carrera dejó a todo un Manchester City rechazando mil ofertas de otros clubes punteros para venir a jugar a Donosti. Estuvo a un gran nivel durante tres años muy buenos que al final se vieron truncados por una lesión, pero afirmo que yo estaría entre Silva y ‘Lewi’.

Me gusta que el hecho de que, empezar con esta pregunta, suele provocar que el entrevistado acabe, o cambiando de opinión, o desarrollando la respuesta hacia otros vericuetos.

A ver, lo que está claro es que, a estas alturas de mi vida y con la carrera que llevo, no soy un Lamine Yamal. Por eso he tenido que pensarlo y cambiar lo que pensaba inicialmente.

¿Qué es la Real Sociedad para Mikel Erentxun?

¡Ostias, mi equipo! Le voy a tomar prestada la frase a una leyenda como Xabi Prieto, pero es que me viene al pelo. Él dijo que no quería ser futbolista, que quería ser jugador de la Real Sociedad y a mí no me gusta el fútbol, me gusta la Real Sociedad que es como plagiar lo que dice Xabi. Si no juega la Real no veo el partido. Soy socio y el hecho de ir a Anoeta a verlos jugar es, de por sí, un ritual, aunque si te soy sincero tengo una gran contradicción.

Explíquese.

Cuando estás en el campo el fútbol se vive de otra manera. En el salón de casa tengo una pantalla grande para los partidos fuera y en el estadio se ve mejor, pero no me gusta que para llegar al campo haya que atravesar tantas aglomeraciones. Hay un punto de, lo llamaría ‘borregada hooliganesca’, que no casa conmigo ni con mi estilo de ver las cosas. No es un deporte muy caballeresco, pero dicho esto te aseguro que voy siempre al estadio.

¿Qué recuerdos tiene de aquel viejo y añorado estadio de Atocha?

Iba con mi padre y ese era un campo de verdad. Me gustan los estadios así, pero es una pena porque apenas quedan. Atocha desapareció al igual que el viejo San Mamés. El año pasado estuve viendo al Chelsea en Stamford Bridge y es, pese a la modernidad, un campo de los que me gusta. En Inglaterra quedan estadios muy ‘guays’. El problema es que ahora todos quieren ser modernos como el nuevo San Mamés, el nuevo Bernabéu o el nuevo Camp Nou que están construyendo. A mí me gustaban los campos viejos, con gradas empinadas y verticales, saboreando el olor a hierba desde tu asiento, con la banda muy estrecha y el público encima de los 22 jugadores. Eran otros tiempos.

Mikel Erentxun, durante la entrevista con SPORT

Mikel Erentxun, durante la entrevista con SPORT / Jokin Fernández

¿Posee referentes deportivos?

Tuve la suerte de poder vivir la Real Sociedad gloriosa. Cuando fui algo mayor y tuve conciencia de las cosas importantes de la vida es cuando la Real ganó las Ligas. Con nombres tan importantes como Arconada, Satrústegui, López Ufarte o Zamora. Esos futbolistas eran mis referentes.

¿Es amigo de alguno de sus mitos?

De Luis Arconada, de Roberto López Ufarte. Los conozco a todos. De esa generación con el que más relación tengo es con Arconada.

También tendrá grandes momentos grabados en sus recuerdos.

Tengo un partido de Copa de la temporada 92/93 grabado en la memoria. Nos eliminó el Real Madrid en Atocha pese a ganarles 4-1. Recuerdo que jugaban los portugueses Carlos Xabier y Océano y nos anularon un gol legal en los últimos minutos que nos hubiese clasificado para la final de Copa. Fue un partido copero maravilloso porque pocos confiaban en los hombres de Toshack. En edad adulta recuerdo, en plena pandemia, cuando ganamos la final de Copa del Rey en La Cartuja de Sevilla a los vecinos del Athletic con un gol de penalti de Mikel Oyarzabal.

¿Qué significa ser de la Real Sociedad?

Es mi equipo. Como para un culé ser del Barça, pero es difícil de explicar. Mi mujer, que odia el fútbol y lleva conmigo mil años, aún no lo entiende. Es que si no te gusta el fútbol es complicado porque ahí entran sentimientos y cosas que van mucho más allá del deporte y la pelota. Uno nace y a veces lo hace con ese amor hacia unos colores y o lo tienes o no lo tienes. Mi padre me inculcó ese sentimiento por la Real y ahí se ha quedado. Para mí, el verdadero ‘derby’ es un Athletic de Bilbao contra Real Sociedad y no hay otra opción, ni comparación posible. Un Betis-Sevilla o un Espanyol-Barça no son un ‘derby’ bajo mi punto de vista porque no tienen los mismos ingredientes. Además, el ‘derby’ vasco es muy armónico porque hay una rivalidad tremenda, pero a su vez se vive buen rollo. Salvo un par de años que hubo demasiada tensión creo que el duelo vasco es una maravilla.

¿Qué punto deportivo tiene componer canciones?

Yo corro mucho y escribir canciones tiene un poco de eso. Hay que ser metódico y tener paciencia. Creo que me ha ido bien correr para poder escribir música y no puedo desligar una cosa de la otra. Cuando estoy en época de componer con cierto caos mental me pongo las zapatillas y salgo a correr y me vienen las ideas. Afortunadamente corro con el teléfono donde llevo la música y las aplicaciones de ‘running’ y si de repente se me ocurre algo paro y lo grabo para que no se me olvide. Las mejores ideas siempre me vienen cuando estoy corriendo por el monte.

Y corriendo fue cómo le detectaron un problema coronario importante que al final, afortunadamente, quedó en un susto.

Así es. Hace ya 13 años. Corría mucho y empecé a sentir molestias en el pecho que desaparecían cuando paraba. Estuve así unos dos meses y al final me lo quise mirar por si las moscas. Me hacían pruebas y pruebas y no encontraban nada hasta que al final un cardiólogo amigo de mi padre me dijo que tenía una arteria obstruida. Ese día acabé en urgencias y salí del hospital con un ‘stent’ coronario implantado en mi cuerpo. El caso es que nunca llegué a tener un infarto sino una angina de pecho que es la precuela del ataque al corazón. Tuve un aviso y fui consciente de que estuve muchos meses jugándomela porque seguía corriendo como si no pasara nada.

¿Y notó la mejoría o ha bajado el esfuerzo?

Te puedo asegurar que desde entonces me siento muy bien y corro más y mejor.

“El ‘derby’ vasco entre la Real y el Athletic es, sin comparación, el verdadero ‘derby’. Ni el Betis-Sevilla o el Barça-Espanyol lo son porque no tienen, ni los ingredientes, ni la rivalidad, del nuestro”

Mikel Erentxun

— Cantante

¿Sigue otros deportes?

Tiene que ser un partido de la Real o algún partido que sea muy top. Me gusta hacer deporte, pero no me gusta ver otras especialidades como el tenis o el atletismo.

Han pasado 41 años desde que creó Duncan Dhu junto a Diego Vasallo y Juan Ramón Viles. Sigue en la carretera, ya sin ellos, cantando himnos que no tienen fecha de caducidad. ¿Cómo ve la industria de la música?

Ha cambiado tanto en 40 años. Me gustaba más cómo era en el pasado, pero no voy a llorar porque hay que amoldarse y no mirar atrás. Era muy bonito por cómo funcionaba todo antes porque lo realmente importante era la música. Ahora se ha convertido en algo de usar y tirar y de consumo rápido. Las nuevas tecnologías han hecho que la música esté al alcance de cualquiera, pero pienso que no es del todo bueno. Se ha perdido el ritual de ir a la tienda y comprar un disco o que te lo dejara un amigo para escucharlo. O ver todo el esfuerzo que había detrás de la creación de un vinilo. Nos queda el directo que, hasta la fecha, no se ha podido sustituir por nada. Y espero que siga así. Trato de hacer las cosas como antes. Grabo mis discos de manera analógica, sigo cuidando el soporte físico, aunque a día de hoy, lo compren cuatro chalados. Sigo mimando a ese público que lo aprecia.

¿Qué siente al mantener el legado de Duncan Dhu 41 años después de su creación? Con canciones que traspasan generaciones y que perduran como himnos de nuestro país.

Me siento muy afortunado. Soy de los que mira hacia adelante, pero ahora que lo hago hacia atrás con perspectiva me doy cuenta de que hicimos cosas grandiosas con Duncan Dhu. La gente se vuelve loca cuando escucha algunas de nuestras canciones y eso hace sentirme orgulloso.

¿Cuándo uno compone canciones como ‘Cien Gaviotas’ o ‘En Algún Lugar’ intuye que tendrán la repercusión que cosecharon en la historia de la música en general?

Te diría que no, aunque es cierto que cuando empiezas a hacerte más profesional en este oficio un poco ya lo sabes y a veces piensas: “¡Ostia esta canción es buena!”. Yo lo he sentido dos o tres veces en mi vida y luego han sido un éxito, pero no siempre ocurre. Por el contrario, he escrito muy buenas canciones que cuando se publicaron no funcionaron. Es un misterio saber por qué una canción funciona o no. Lo que es cierto es que los éxitos de los ochenta se han quedado clavados en el tiempo, cosa que ahora no ocurre. Temas de los noventa de cualquier grupo han sido mucho más efímeros. En cambio, hay canciones de los ochenta de Radio Futura, Alaska y Dinarama, Hombres G, Loquillo o El Último de la Fila que se han quedado en el ADN del gen español y esa es la gran aportación de los ochenta.

¿Cuál cree que es el motivo de dicha aportación?

Probablemente porque antes se escuchaba mucha música de manera muy repetitiva. En esa época cuando una canción funcionaba sonaba hasta en la sopa. Como ahora todo va más rápido no damos tiempo a que ninguna canción se quede clavada en la memoria de la gente como sucedía antes.

Para acabar, ¿qué escuchaba en el coche de sus padres?

Afortunadamente muy buena música y eso es fundamental. Es lo mismo que he tratado de transmitir e inculcar a mis hijos. En el coche de mis padres se escuchaba a Elvis Presley, The Beatles, Cat Stevens, Simon & Garfunkel o Lou Reed. Eso era, es y será música de calidad.