Milinkovic-Savic da la Coppa a la Lazio

Alba López

Perseguía la Atalanta, el equipo de moda en Italia a las órdenes del sexagenario Gian Piero Gasperini, su segundo título de la historia tras la Coppa lograda hace ya 56 años ante el Torino. Y lo tuvo cerca durante muchos minutos, incluidos dos disparos al palo de De Roon y el 'Papu' Gómez. El destino, sin embargo, acabó erigiendo en héroe de la final a Milinkovic-Savic, quien arrancó el encuentro desde el banquillo pero tres minutos después de saltar al campo allanó el camino de la Lazio hasta la victoria con un golazo de cabeza. Correa, ya sobre la bocina, sentenció el partido. Era la primera final de la Copa de Italia sin la Juventus desde 2015. 'Las Águilas' suman su séptimo entorchado copero tras las finales perdidas ante la 'La Vecchia Signora' en 2015 y 2017.

Atalanta y Lazio plantearon, como era de esperar, un partido muy táctico en el Estadio Olimpico de Roma. Simone Inzaghi ya había avisado en la previa que el duelo se podía decidir en pequeños detalles y fue consecuente con su parecer cuando poco después de la media hora de juego retiró del campo a Bastos para dar entrada a Radu. No fue un ataque de entrenador, sino que le vio las orejas al lobo cuando el angoleño vio la amarilla con una hora de partido por delante y prefirió resguardarse de una posible expulsión de su jugador.

Había miedo, mucho miedo, a encajar el primer gol. Aun así, en esa tesitura fue el Atalanta el equipo que más cómodo se encontró sobre el verde una vez superados los nervios iniciales propios de una final. Las ocasiones, eso sí, se hicieron de rogar y hubo poco que llevarse a la boca en la primera parte hasta que De Roon estrelló un balón al palo tras una falta lateral de 'La Dea'. Por parte de la Lazio todo su bagaje ofensivo fue un libre directo botado por Luis Alberto que se marchó por encima del larguero.

MÁS DE LOS MISMO

La dinámica del encuentro no varió tras el paso por vestuarios. La novedad, sin embargo, es que comenzaron a dejarse ver 'Papu' Gómez y Zapata y con ellos en harina el Atalanta creció exponencialmente, merodeando el gol en un disparo de Freuler que se encontró con la respuesta de Strakosha.

La solución de Inzaghi fue meter más leña al fuego con el exespanyolista Felipe Caicedo, quien tomó el relevo de un descafeinado Immobile. Era una declaración de intenciones, pero el panorama no terminó de despejarse para los romanos, que vieron como el 'Papu' volvía a encontrarse con la madera a falta de un cuarto de hora para el final. Por aquel entonces, la final ya era 'nerazzurra'.

Hasta que irrumpió Milinkovic-Savic en el partido. Al serbio, que llegaba tocado al choque, le bastaron tres minutos para destapar el tarro de las esencias a la salida de un saque de esquina y perforar la portería de Gollini con un delicioso testarazo al palo largo. Era el tocado y hundido de los juegos de barcos, el golpe definitivo. Gasperini realizó tres cambios a la desesperada, pero ya era demasiado tarde. Correa, en el último suspiro, ponía la puntilla a la Atalanta a la contra. Cruel final para el equipo de 'nerazzurrI', al que todavía le queda el consuelo de poder luchar por una plaza de Champions en el Calcio esta temporada.