El Palmeiras enmudece el Mineirao y se mete en la final de la Libertadores

El Verdao saca el orgullo de campeón, arranca un 1-1 ante el At. Miniero y llega a su segunda final seguida

Sin Diego Costa lesionado y con un Hulk apagado, el Galo decepcionó en la que tenía que ser su gran noche

Dudu celebra el gol que dio el pase a la final de la Libertadores

Dudu celebra el gol que dio el pase a la final de la Libertadores / AFP

Joaquim Piera

Joaquim Piera

El súper At. Mineiro se queda sin final de la Libertadores. El Palmeiras, que se presentaba en Belo Horizonte como víctima propiciatoria, sacó la casta de campeón y empató 1-1, el resultado más rácano que le servía para llegar a su segunda final consecutiva tras el fallido 0-0 de la ida. El Verdao ni necesitó ganar ninguno de los dos encuentros, jugó con la calculadora en la mano y le salió cara.

At. Mineiro - Palmerias (28(09/21)

Copa Libertadores de América

1
1
Alineaciones
At Mineiro
Everson, Mariano, Junior Alonso, Nathan Silva, Arana, Jair (Savarino, 77'), Allan (Tche Tche, 90'), Zaracho (Sasha, 83'), Nacho Fernández (Rever, 89'), Eduardo Vargas y Hulk
Palmeiras
Weverton, Gustavo Gómez, Luan, Renan, Marcos Rocha (Gabriel Menino, 75'), Felipe Melo, Danilo, Piquerez, Raphael Veiga (Wesley, 81'), Dudu (Zé Rafael, 81') y Rony (Gabriel Veron, 66').

Sin Diego Costa lesionado y con un Hulk, que había marcado 7 goles en la competición, pero que falló en la hora H, en la ida desaprovechó un penalti y en la vuelta no encontró nunca su lugar, el Galo ofreció una imagen decepcionante que nada tuvo que ver con el equipo que, hasta el momento, infringía terror en Brasil y en el continente. Se acabó el sueño de la triple corona.

Abel Ferreira montó una telaraña defensiva con tres centrales puros (Luan, Gustavo Gómez y el jovencísimo Renan) más un doble pivote (Felipe Melo y Danilo) con el consiguió atrapar al At. Mineiro, que presionó bien arriba pero que pecó en la precipitación, en la falta frescura y en la precisión en la construcción.

El plan palmeirense funcionó a la perfección en un primer tiempo, en que todo el arsenal ofensivo del Galo se redujo a tres ocasiones de gol, la más clara en el descuento en un lanzamiento de Nacho Fernández, que Weverton envió a córner.

Más maduro y con mejor lectura de juego, el Verdao creció desde el esfuerzo destructivo, jugando por un solo balón, en alguna acción directa de contragolpe. Fue siguiendo este manual, que estuvo a punto de llegar el 0-1, en el minuto 25: Weverton sirvió muy en largo para Piquerez que, tras un buen recorte, remató demasiado cruzado. 

El Galó había desperdiciado ya 135 minutos de eliminatoria. Y, ahora sí, tras el descanso, decidió aumentar las revoluciones, convencido de sus posibilidades. Encerró al Palmeiras en su área y su torrente ofensivo se materializó por fin en el 1-0 (min 52). Fue en una buena jugada colectiva, Mariano sirvió al espacio para Jair que asistiera al segundo palo a Eduardo Vargas, que por arriba, ganó la posición a Marcos Rocha.

El Verdao estaba contra las cuerdas, pero el Galo no fue a rematarlo. Abel Ferreira pidió cabeza fría a los suyos y se mantuvo fiel en sus convicciones y en su 3-5-2. Sacó a Rony fundido por Gabriel Veron y el menino de oro palmeirense, en su primer balón, le robó la cartera a Nathan Silva llegó hasta la línea de gol para dar servir el tanto del empate hecho a Dudu (min 68). Y, a partir de allí, la semifinal entró en modo dramático.

El argumento del Galo estaba en el cántico de su torcida ‘eu acredito, eu acredito (yo me lo creo, yo me lo creo). Y con más corazón que fútbol a los locales no le alcanzó. El Palmeiras jugó un último tercio de partido muy serio, con mentalidad de equipo campeón, ante un At. Mineiro que fue desmembrándose de forma impotente. Así como había ocurrido en la última final de la Libertadores, Abel Ferreira le ganó la partida táctica a Cuca, que dice adiós al torneo sin haber perdido ningún partido.

El Palmeiras espera ahora rival. Este miércoles el Flamengo, con un 2-0 de la ida, visita el Barcelona de Guayaquil, siendo el claro favorito para llegar a la final de Montevideo, del 27 de noviembre.