Boca es criticado justamente por juego más que por derrota

El cuadro xeneize fue vapuleado por Santos por 3-0

Santos llega a la final de la Copa Libertadores

Jorman Campuzano

El volatne Jorman Campuzano de Boca Juniors / EFE

Las derrotas se puede perdonar pero no la falta de actitud e idea. No hubo duda que este fue el peor partido de segundo paso de Russo por Boca.  

“Pena”, “vergüenza” son las dos palabras que más se usaron en los medios argentinos después de la derrota contra Santos, la peor goleada en casi dos años en este torneo.  

Parecieron ellos como los derrotados en el partido de ida, no River. Así serán siempre las comparaciones entre rivales que han sido tan exitosos. Siempre serán usados como vara de medir para uno y otro, y en este caso salió River como “ganador”.  

Brasil en este siglo ha sido un lugar donde llegaba y ganaba partidos. Era territorio que era su hogar lejos de casa. Tres de las cuarto Libertadores que había conquistado habían sido en Brasil. Una de ellas bajo el mando de Russo, esa justo fue la última que ganó el equipo boquense. 

Desde los primeros 30 segundos, se vio que el local era el que tenía ganas de hacer diferencia. Mientras se esperó que Boca despertara de su caminata sonámbula en la que no mostró absolutamente nada. 

No hubo una idea, ni una disposición táctica de la que podían plasmar dentro de un terreno de juego. Y en ese respecto, un tiene que cuestionar a Miguel Ángel Russo. 

En la conferencia de prensa, el técnico Xeneize asumió la culpa de todos, ¿pero eso en qué ayuda?  

Se puede culpar a Russo, pero el equipo tiene que tener una carga enorme de lo que ocurrió. Ahora, Santos se le tiene que dar todo el crédito del mundo, pero Boca mostró cero resistencia. En el partido, los argentinos apenas dispararon al arco en dos ocasiones.  

Desde una defensa atroz que fue representada por un Frank Fabra que merece múltiples partidos de suspensión tras el pisotón malintencionado contra Marinho, no hubo un rescatable. 

Los mismo se puede decir del mediocampo que ni recuperó, ni marcó, ni creó ni mordió en el centro del terreno de juego.  Nadie arriesgó y hubo muy poca actitud. Antes del gol de Soteldo, Boca seguía con chances ya que un gol les daba el pase a la final con el empate. Pero ni eso lo pudieron hacer. 

Ahora tendrá un partido extremadamente importante en San Juan el próximo fin de semana para consolidarse en la final de la Copa Diego Armando Maradona. Este será un sabor muy amargo tras quedar de su gran objetivo una vez más. Pero si no pueden ganarle a Banfield, ya lo que es un problema serio se convertirá en una crisis.