El PSG se ahoga en la final de Copa

Mbappé fue expulsado por una entrada salvaje

Mbappé fue expulsado por una entrada salvaje / sport

X. Serrano

Nuevo logro desbloqueado: el PSG también hace el ridículo en la Copa de Francia. Cuando la remontada sufrida ante el United parecía haber marcado un hito insuperable, el conjunto capitalino dejó escapar una final que tenía encarrilada por 2-0 a los 22 minutos y acabó cayendo en la tanda de penaltis ante el Stade Rennais

120099

Copa de Francia

2
2
Alineaciones
Stade Rennais
Koubek; Traore, Da Silva, Mexer, Bensebaini; Sarr, Andre, Grenier, Bourigeaud; Ben Arfa y Niang.
Paris Saint-Germain
Areola; Dagba, Marquinhos, Kimpembe, Bernat; Alves, Verratti, Draxler; DiMaría, Mbappé y Neymar.

Quizás Nkunku pase a la historia como el futbolista que marró el penalti definitivo. Sin embargo, la del PSG es la historia de un fracaso colectivo. Desde Mbappé, que vio la roja directa por una entrada temeraria en la prórroga, hasta Neymar, que acabó haciendo honor a su caricatura entre incontables aspavientos. El verano se hará muy largo en París.  

Salida en estampida

En el primer tiempo, había sido Neymar el encargado de marcar las diferencias. Sobre el cuarto de hora, el '10' sorprendió sirviendo un córner hacia la media luna del área, donde irrumpió Alves como una exhalación para embocar de primeras una volea imparable al fondo de las mallas.

Tanto precioso y golpe de autoridad de 'les parisiens', que ya acumulaban varias ocasiones de peligro. Acto seguido, Mbappé pudo ampliar distancias en un mano a mano marrado ante Koubek. Y es que sin excesivas florituras, el equipo de Thomas Tuchel lograba generar peligro con facilidad cada vez que robaba el cuero y salía al ataque en velocidad.

En una de estas estampidas, antes de la media hora, Di María plantó a Neymar solo ante el arquero y el brasileño definió con suavidad exquisita sobre su salida. Todo se le ponía de cara al PSG, que poco después pudo anotar la sentencia en un tiro centrado de Draxler. 

Fallos y dudas

Sin embargo, los errores no forzados devolverían la emoción a una final que parecía sentenciada en el minuto 22. Kimpembe puso el miedo en el cuerpo a sus propios compañeros, cuando en vísperas del descanso desvió un centro de Traore ante el que nada pudo hacer Areola. La inquietud se tornó en pavor tras la reanudación. Libre de marca, Mexer cabeceó un saque de esquina para reestablecer las tablas. 

Silencio, miradas perdidas... El espíritu del Manchester United sobrevolaba el Stade de France. Pero entre la duda y el miedo al fracaso, irrumpió el orgullo del campeón. Liderado por Neymar, omnipresente, el PSG buscó con insistencia el tanto del triunfo. El paulista lo acarició en una falta directa que rozó la cruceta y, antes del final, estirándose para rematar un centro de Mbappé en el área chica que se le escapó por milímetros. También lo había intentado el galo, con la misma suerte.

La falta de puntería condenó la final a la prórroga. El tiempo extra fue un monólogo parisino de ocasiones clamorosas. En la más manifiesta, Mbappé finalizó un contraataque contra la base del poste. Aunque Ben Arfa también pudo decantar la balanza en el sentido opuesto a diez minutos del final.

Con el avance del crono el choque se fue caldeando. Entrada tras entrada, choque tras choque. Hasta que Mbappé vio la roja directa en el 118' por un duro planchazo a la altura de la rodilla. Con mal sabor de boca se llegó a la lotería de los penaltis, que acabaría rubricando el naufragio capitalino. Nkunku mandó a las nubes el quinto y definitivo lanzamiento, desatando el éxtasis bretón. El PSG vuelve a fracasar y pone el colofón a un curso nefasto.