El estreno del remozado Villamarín en una final en busca de hitos históricos

La grada y la afición del Benito Villamarín

La grada y la afición del Benito Villamarín / sport

EFE

El Benito Villamarín, un estadio moderno con capacidad para unos 60.000 espectadores tras su última gran reforma, se estrena como escenario de una final de Copa que dejará hitos históricos, pues el Barcelona buscará su quinto título seguido y el Valencia volver a conquistarla en el año de su centenario.

Después de muchas remodelaciones, dispone de veinticinco palcos VIP en Fondo y de otros veintiuno en Gol Norte, así como de una 'Zona Premium' de 395 plazas creada a partir de la nueva obra de Gol Sur y de dos zonas de aparcamiento: la de Gol Norte y Fondo, con 230 plazas que pueden alquilar los socios; y la nueva de Gol Sur, con cerca de un centenar.

El Betis ha contado esta campaña con 50.373 abonados y con el cuarto estadio español que ha registrado mayor afluencia de público, con una media de 44.525, además de haber albergado citas históricas como el España-Malta clasificatorio para la Eurocopa de Francia 1984, partidos de la Liga de Campeones, de la extinta Recopa y de la Copa de la UEFA/Liga Europa.

Esta gran apuesta por la mejora y modernización de su estadio llevó a los rectores del Betis a presentar su candidatura como sede de esta final de Copa, en competencia con el de Mestalla, la casa del que a la postre ha sido uno de los finalistas, y el pasado 28 de enero la Real Federación Española de Fútbol eligió al Villamarín con cuatro meses de antelación sobre la fecha del partido.

Esa circunstancia novedosa hizo albergar esperanzas de que el Betis, además de anfitrión, pudiera disputar la final, aunque la afición verdiblanca se llevó una decepción al ser su equipo apeado en semifinales precisamente por el conjunto che. Así, el sábado, la batalla por alcanzar la gloria la librarán Valencia y Barcelona.