Abde asesta el primer golpe y acerca a Osasuna a la final

Cobra ventaja Osasuna en las semifinales de la Copa del Rey después de imponerse en la ida por la mínima al Athletic en El Sadar gracias a un solitario tanto de Abde que acerca a los rojillos a la final. El futbolista cedido por el Barça en Pamplona fue una pesadilla para la defensa del Athletic. Ernesto Valverde, incluso, se vio obligado a sustituir en la segunda parte a los dos hombres que se encargaban de marcarle para tratar de reconducir la situación. San Mamés, no obstante, dictará sentencia el próximo 4 de abril. Los 'leones' no pudieron homenajear ayer con una victoria al legendario 'Txopo' Iribar el día en el exportero que cumplía 80 años.

Osasuna-Athletic (01/02/23)

Copa del Rey

OSA

1

0

ATH

Alineaciones

Osasuna
Sergio Herrera; Moncayola, Aridane, David García, Juan Cruz; Aimar Oroz, Lucas Torró (Brasanac, 86'), Moi Gómez; Chimy Ávila (Rubén García, 71'), Budimir (Kike García,71'), Abde (Kike Barja, 77').

Athletic
Agirrezabala; De Marcos (Lekue, 58'), Vivian, Iñigo Martínez, Yuri; Dani García, Vesga; Berenguer (Raúl García, 58'), Sancet, Muniain (Nico Williams, 65'); Iñaki Williams (Guruzeta, 82').

Gol

1-0 M. 47 Abde.

Árbitro

Gil Manzano (extremeño). TA: Budimir (52'), Moi Gómez (54') y Brasanac (92') / Berenguer (40'), Vesga (43') e Iñigo Martínez (64').

Incidencias

El Sadar. 23.026 espectadores.

Ni siquiera las gélidas temperaturas de Pamplona desanimaron a una afición rojilla que llenó El Sadar hasta la bandera y lo convirtió en un auténtico horno para calentar a su equipo. Osasuna salió de inicio con toda la artillería pesada después de que Jagoba Arrasate rotara contra el Sevilla en LaLiga. Regresaron los tres mosqueteros arriba (Abde, Budimir y Chimy Ávila), Torró y Moi Gómez a la medular, y Sergio Herrera a la portería. Por el Athletic, que llegaba a Navarra con un camión de bajas, la mejor noticia fue que Iñigo Martínez y Vivian pudieron compartir finalmente el eje de la zaga.

Con todas las cartas ya sobre el tapete, la primera en descubrirse fue la de Abde por Osasuna, que venía de dar la victoria a su equipo este domingo en el Sánchez-Pizjuán y quería proseguir con la fiesta en Navarra. El extremo marroquí jugó al gato y al ratón con De Marcos en el arranque.

El dominio era de Osasuna, pero las mejores ocasiones del Athletic, que bajó los decibelios de El Sadar cuando Iñaki Williams marcó al cuarto de hora. El juez de línea, sin embargo, levantó el banderín y volvieron los gritos al graderío. El gol había llegado después de un violento disparo de Muniain desde fuera del área rechazado por Herrera con un paradón.

Le estaba costando mucho a los rojillos controlar al mayor de los hermanos Williams, cuya movilidad creaba boquetes en la defensa de Arrasate, liderada una vez más por el extraordinario David García, atento siempre a todo. En el otro lado, sólo lo intentaba Abde. Y un combativo, como siempre, Chimy Ávila, al que Berenguer a punto estuvo de arrancarle la nariz con un manotazo. La acción costó la amarilla al centrocampista del Athletic, circunstancia no baladí porque era el hombre encargado de ayudar a De Marcos en el marcaje a Abde.

No abrió por ese motivo Osasuna la lata. Pero sí por ese lado. Cuando estaba iniciándose la segunda parte, Moi Gómez vio el desmarque de Abde a la contra y lo lanzó hacia Agirrezabala con un pase en profundidad delicioso que cogió por sorpresa a la adelantadísima defensa del Athletic. Aun así, le dio tiempo a Vivian para reaccionar y encimar a Abde. El marroquí se lo sacó de encima rompiéndole la cintura con un quiebro de dibujos animados y finalizó la jugada con ese remate seco y cruzado con la zurda que tiene patentado.

Dani García se tomó la venganza por su mano poco después mandándole al suelo con una dura entrada por detrás que fue la única forma de detenerle. No encontraban los 'leones' antídoto contra el veneno de Abde y Valverde movió ficha por primera vez dando entrada a Lekue y Raúl García por De Marcos y Berenguer, que se marchaban señalados. Posteriormente entró Nico Williams en busca de algo de desborde, pero esta vez el internacional español no consiguió desequilibrar. Llegaba al partido demasiado justo. En La Catedral, de aquí a un mes, será otro cantar.