Festival de Leo Messi que lleva a Argentina en volandas a las semifinales

El '10' marcó un golazo de falta y dio dos asistencias en el trabajadísimo 3-0 ante los aguerridos ecuatorianos

Argentina, que solo ha encajado un gol en todo el torneo, se medirá con Colombia para dirimir un puesto en la final

Especial del nuevo récord de Lionel Messi con Argentina

Especial del nuevo récord de Lionel Messi con Argentina / Perform

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Un gran Leo Messi apareció en Goiania para marcar las diferencias y llevar a su Argentina hasta las semifinales de la Copa América. Ganó la Albiceleste (3-0) a un Ecuador que estuvo dentro del partido hasta los últimos diez minutos y ahora se va a las semifinales donde se encontrará a una Colombia siempre insinuante.

Argentina - Ecuador (03/07)

Copa América - cuartos de final

3
0
Alineaciones
Argentina
Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Pezzella, Otamendi, Marcos Acuña; Paredes (Guido Rodríguez, 70'), De Paul, Lo Celso (Di María, 70'); Nico González (Tagliafico, 82'), Leo Messi y Lautaro Martínez (Kun Agüero, 93')
Ecuador
Galíndez; Preciado, Arboleda, Hincapié, Palacios; (Plata, 45') Gruezo (Estrada, 45'), Méndez, Alan Franco (Caicedo, 69'), Estupiñán, Ángel Mena y Enner Valencia

El '10', en su hiato blaugrana, participó en los tres tantos argentinos: dio dos asistencias y marcó su segundo gol de falta en el torneo. Por si fuera poco, mandó un balón a la madera, en una actuación de cinco estrellas. A Leo se le vio leve, fuerte de cabeza y piernas y con un liderazgo deportivo imponente en un partido incómodo en el que su selección masticó mucha arena.

Ecuador salió a disputar el balón y consiguió el objetivo de neutralizar las salidas en tromba que los argentinos habían realizado en todas sus actuaciones. El atrevimiento de los de Gustavo Alfaro se completaba con una presión alta, que hizo mella sobre los argentinos. El cambio de guion, de un equipo a quien se le presumía cobardía táctica, cogió a contrapié a la Albiceleste, pero que tuvo la virtud de contrarrestar creando peligro en cada ocasión que pisó el área.

Pudo marcar Lautaro que superó a Galíndez con una buena vaselina que le sacaron casi en la línea de gol (min 12) y Pezzella (min. 16) en un remate que se fue al lateral tras un córner servido per Leo.   

La más clara de todas la tuvo Messi, que cazó una temeraria cesión al portero. Solo, tuvo tiempo para pensar en la ejecución y su lanzamiento besó la base del palo (min 22). Argentina intimidaba más por su pólvora que por su juego.

Ecuador entró en el intercambio de golpes y Méndez se sacó un acrobático remate que exigió a Emiliano Martínez. Era vértigo puro.

MESSI SIEMPRE APARECE

El partido se puso nervioso. Argentina, con buena circulación sacó la jerarquía y Ecuador  el físico para intimidar, sin perder nunca su afán ofensivo, como en un centro que Enner Valencia raspó con la cabeza (min 37).

Cualquier podía marcar. Y quien rompió el encuentro fue Leo y su insisto asesino: asistió en largo a Nico González que no pudo superar a Galíndez, el rebote el cayó de nuevo al 10 que regaló otro pase a De Paul, sin marca, que marcó su primer gol con la camiseta albiceleste. La doble asistencia de Messi sacó a Argentina de una dinámica extremadamente peligrosa con un Ecuador crecido.

El 1-0 era un botín más que aceptable para Argentina en unos 45 minutos con mucho brío, fútbol desbocado y falta de control. 

UN NUEVO LIBRE DIRECTO CONVERTIDO

El choque se afeó tras el descanso. Subió la temperatura y las ansias ecuatorianas y los argentinos tuvieron que ponerse el mono de trabajo, en un ambiente cada vez más tenso y trascendente. La Albiceleste, que solo ha encajado un gol en todo el torneo, tenía la estadística como coartada defensiva.

Scaloni intentó recuperar la brújula poniendo más tesón con Di Maria y el bético Guido Rodríguez por unos desgastados Paredes y Lo Celso.

El mérito de un equipo joven y en construcción fue, sin duda, el de ir sobreviviendo, robando minutos al cronómetro y aniquilar el encuentro como lo hacen los grandes equipos. Messi decidió el choque cuando le robó la cartera a Hincapié y asistió para que Lautaro pusiera el 2-0. Habían sido 83 minutos con las pulsaciones muy altas.

En el epílogo, Leo puso el broche con una falta ejecutada con suavidad y maestría. Era el 3-0 de un triunfo de un equipo con mentalidad colectiva que sabe que puede contar con el crack de cracks, en estado de gracia en los castigados campos brasileños.