Óscar Washington Tabárez: El maestro al que todos veneran

Tabárez dirige los partidos de la Copa América desde un asiento que le permite mayor movilidad

Tabárez dirige los partidos de la Copa América desde un asiento que le permite mayor movilidad / EFE

German Bona

German Bona

Su imagen, sentado en una butaca a pie de césped junto al banquillo y la muleta al lado, es entrañable, pero que nadie se lleve a engaño. Bajo una apariencia tranquila, calculadora, Óscar Washington Tabárez es competitivo al mil por mil. A sus 72 años, tiene el mérito no solo de ser el técnico con más partidos dirigidos a una selección -suma ya 238 con la charrúa- sino también de  llevar a cabo un relevo generacional impecable. 

La Uruguay de esta Copa América se ha plantado en cuartos de final, donde es clara favorita ante Perú, tras acabar líder de un grupo donde estaba la campeona de las dos últimas ediciones, Chile, gracias a una perfecta mezcla de experiencia y juventud. Y todos, sin excepción, se llame Luis Suárez o Laxal, tienen algo en común: veneran al maestro.   

Regreso a la élite

Tabárez afronta desde 2006 su segunda etapa al frente de Uruguay, a la que hizo campeona de la Copa América en 2011 y clasificó en cuarto lugar un año antes en el Mundial de Sudáfrica. En la campaña 97-98 tuvo una incursión en el fútbol español con el  Oviedo.

El técnico de Montevideo siempre ha sostenido que el Maracanazo con el que Uruguay derrumbó a Brasil un lejano 16 de julio de 1950 hizo, a la larga, más mal que bien a la selección charrúa, que acabó viviendo de rentas. Óscar Washington Tabárez se ha encargado, con sentido común, de devolver a la celeste al lugar que le corresponde.

Aquejado de una neuropatía crónica que no le genera dolor, pero sí afecta a su movilidad, aunque está mejor que en el pasado Mundial, el maestro Tabárez encarna ese espíritu uruguayo que posibilita que un país de solo cuatro millones de habitantes se suba a las barbas de auténticos gigantes. Nunca se rinden.