Festín de Brasil: goleada por la vía rápida y primero de grupo

Arthur Melo hizo un partidazo contra Perú

Arthur Melo hizo un partidazo contra Perú / sport

Joaquim Piera

Y a la tercera, Brasil encontró la fórmula: ahuyentó los nubarrones de crisis con una victoria contundente e inapelable, con manita incluida (0-5), que le permite clasificarse en primer lugar y recuperar la aureola de candidato al título. 

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Copa América 2019

0
5
Alineaciones
Perú
Gallese, Advíncula, Miguel Araujo, Abram, Trauco, Renato Tapia, Yotún (Edison Flores, 45'), Andy Polo, Cueva (Ballón 66'), Farfán y Paolo Guerrero (Christófer Gonzales 54')
Brasil
Alisson, Dani Alves, Marquinhos, Thiago Silva, Filipe Luis (Alex Sandro 55'), Casemiro (Allan, 68'), Arthur, Philippe Coutinho (Wiilian, 76'), Everton, Gabriel Jesus y Roberto Firmino

Todo le salió de cara al equipo de Tite en un escenario imponente e intimidador, como es el espectacular Arena Corinthians. A la media hora, los anfitriones habían domesticado la voracidad de un Perú por un  0-3 inigualable incluso para un equipo, altivo y aguerrido, como el de Gareca, que pagó carísimos sus errores.

La entrada del extremo del Gremio, Everton ‘Cebolinha’ despertó a la Canarinha, que hasta la fecha había presentado dos actuaciones demasiado burocráticas. El rápido punta fue un puñal por el flanco izquierdo, reventando líneas de presión, con su velocidad y su dribling corto, que recordó aquellos regateadores de la vieja usanza. De una forma diferente a la del añorado Neymar, aportó el desequilibrio que los canarinhos no tenían.

Brasil empezó con el semáforo en ámbar. Arthur se tocó la rodilla derecha, aquella misma que le impidió estar en el debut por culpa de un plantillazo en un amistoso contra Honduras. Allan tuvo que calentar por varios minutos. Casemiro vio una tarjeta amarilla, que lo dejaba fuera de los cuartos por acumulación, y Perú dejó helado a la parroquia, con un centro del jugador del Santos, Cueva, que se paseó por el área pequeña de Alisson.

Perú jugaba, Brasil, que no se encajaba, miraba. Sin embargo, llegó un córner. Lo sirvió Coutinho, lo peinó Thiago Silva en el primer palo y después de un confuso doble remate, Casemiro marcó su primer gol  con la Canarinha. Todo cambió allí. 

En los próximos minutos, Brasil no jugó, pero volvió a marcó. Un falló grotesco del cancerbero Pedro Gallese regaló el segundo tanto, el encuentro y la primera posición: sin presión, el portero de Alianza de Lima sirvió, su chute tocó la espalda de Firmino y se estampó en su palo derecho, allí el delantero del Liverpool cogió el rebote y definió. Una jugada que saldrá en los resumen de zapping de fin de año. 

Esta vez, Brasil no tuvo que picar piedra, como ocurrió contra Bolivia, a quien solo goleó (3-0, con doble de Coutinho) en el segundo tiempo, o contra la impenetrable muralla venezolana (0-0).

BRASIL SE VOLVIÓ A SENTIR FUERTE

Con el viento a favor, la Seleçao se soltó, con los dos blaugranas jugando un papel predominante. Arthur estuvo inconmensurable en el inicio de la jugada, fue el dueño del centro del campo con su criterio preciso, mientras que  Coutinho, leve, hasta se permitió el lujo de regalar un sombrero. 

Desinhibido, Brasil sentenció con un golazo de Everton, que se fabricó él solito: recibió en la punta izquierda, fue ganando metros en diagonal y remató fuerte y seco al pal corto de un Gaselle, absolutamente hundido por el fallo anterior. El nombre del gremista debe estar bien subrayado entre aquellos secretarios técnicos europeos que buscan jugadores incisivos.   

Hasta 'olés', sin duda, contagiado por el espíritu corinthiano, de una de las aficiones más calientes de Brasil y que profesan fe inquebrantable a Tite, el técnico que les hizo ganar todo, la soñada Copa Libertadores y el segundo Mundial de Clubes. 

Brasil se divirtió, amplió el marcador y puso en práctica el libreto que Tite había predicado interna y externamente: mejorar la fluidez en la posesión del balón (que monopolizó) y mejorar el volumen y la calidad en la definición. 

Perú lo veía tan negro – ahora su clasificación como tercero depende de los otros grupos – que con 0-4 Gareca sacó a un desarbolado Guerrero para reforzar un centro del campo, donde la Seleçao, siempre con Arthur, cocía sus rápidas transiciones, aprovechando la inspiración tanto de Everton, como de Gabriel Jesus, que hizo un partido de categoría, pero que en el último suspiro falló un penalti que habria supuesto el 0-6.