Al Bayern le gusta sufrir pero ya está en la final de Copa

Los jugadores del Bayern celebraron los goles a lo grande

Los jugadores del Bayern celebraron los goles a lo grande / EFE

Albert Gracia

El Bayern va a por el doblete en Alemania. No era su mejor temporada ni este su mejor partido pero la maquinaria bávara sigue con paso firme y ya está en la final de la Copa. El cuadro de Kovac, demasiado afiliado al sufrimiento, vio como el Werder Bremen le empataba un partido que tenía totalmente controlado. O igual no tanto. Y es que este Bayern se ha acostumbrado a ganar los partidos sin gozar del control absoluto y en ocasiones le puede pasar factura. No fue en este caso y el cuadro bávaro se medirá al Leipzig en la gran final. Lewandowski, con un doblete, volvió a salvar a los suyos. 

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DFB Pokal

2
3
Alineaciones
Werder Bremen
Pavlenka; Gebre Selassie, Veljkovic, Moisander, Augustinsson (Harnik, 81'); Mohwald (Pizarro, 65'), M. Eggestein, Klaassen (J. Eggestein, 89'); Osako, Kruse y Rashica.
Bayern Múnich
Ulreich; Kimmich, Hummels, Boateng, Alaba; Javi Martínez, Thiago (James, 77'); Coman, Müller (Rafinha, 89'), Gnabry; Lewandowski.

Al final siempre aparece el mismo para desatascar una primera mitad sin demasiado control, algo que poco importa a Kovac. El técnico ha querido poner su sello personal a un Bayern al que le basta con que la gente de arriba ande fina de cara a puerta. Y no siempre es así. El cuadro bávaro llegó al Weserstadion con la misión de pasar a la gran final y optar al doblete y se puso rápidamente manos a la obra. Sin tener grandes índices de posesión, el cuadro de Kovac gozó de buenas ocasiones para ponerse por delante en el marcador. Aun así, Müller no estuvo nada acertado y malbarató dos claras que tuvo.

El Werder Bremen, por su parte, permaneció al acecho a la espera de una relajación bávara, que tardó pero acabó llegando. Ya hemos comentado que este Bayern no domina demasiado y el cuadro local intentó aprovecharse de ello. Los de Kohfeldt gozaron de un par de aproximaciones con peligro en la primera mitad que pusieron el miedo en el cuerpo a Ulreich. Al Bayern le tocaba remar. Aun así y cuando el partido parecía que iba a entrar en terreno de nadie, apareció el de siempre. Lewandowski aprovechó una jugada embarullada en el área para abrir la lata justo antes del descanso. Primera ocasión que tuvo y para dentro. 

En la reanudación, el panorama para el Bayern se iluminó todavía más. Müller, que había errado en la primera mitad, no falló en la tercera que tuvo y mandó a dormir a toda la afición del Weserstadion. Jarro de agua fría para un Werder Bremen que no se hundió. El cuadro de Kohfeldt siguió creyendo y logró empatar el duelo ante todo pronóstico. Osaka y Rashica, en apenas un minuto, dejaban nuevamente el partido abierto. Pero el Bayern, demostrando su grandeza, no dio más opción al rival. Lewandowski transformó un discutido penalti sobre Coman y volvió a poner las cosas como estaban. Tras el tanto, el Bayern aún pudo hacer más daño.