El doblete de Valverde

2018

2018 / sport

Javier Giraldo

- El ‘Txingurri’ firmó una liga casi perfecta y doblegó al Sevilla en una gran final de la Copa del Rey (0-5)

- En su primera temporada, el ‘Txingurri’ logró el octavo doblete de la historia azulgrana

Fue probablemente la mejor semana de la vida deportiva de Ernesto Valverde, que coronó su primera temporada en el banquillo del Barça con un doblete, Liga y Copa, el octavo de la historia del Barça.  Del sábado 21 de abril de 2018 al domingo 29  del mismo mes: primero, el Barça conquistó la Copa, y lo hizo de manera apabullante en la final del Wanda ante el Sevilla (0-5), en el que pasaría a ser el mejor partido del equipo azulgrana en toda la temporada. 

Ocho días después, el Barça viajó a Riazor dispuesto a certificar de manera matemática un título de Liga cocido a fuego lento y que se venía dando por hecho desde hacía meses, no solo por la regularidad del Barça, sino por la incomprensible dimisión del Real Madrid, que acabaría el campeonato en la segunda posición, a 14 puntos del Barça. 

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En La Coruña, el Barça ganó con solvencia (2-4, con un gol de Coutinho y tres de Messi) y celebró su 25º título de Liga. Era el séptimo título de Liga en diez años, cifra que confirmaba el dominio del Barça en la competición de la regularidad. La afición del Barça lo celebró a lo grande el lunes 30 de abril. Las calles de la ciudad se inundaron de socios, aficionados y simpatizantes que festejaron el octavo doblete de la historia del club. Uno de los jugadores más buscados y fotografiados era el capitán, Andrés Iniesta, que apuraba sus últimos días en el club antes de probar la aventura japonesa. 

Con la Liga asegurada y la Copa ya ganada, el Barça continuó el campeonato con un aliciente especial, el de poder acabar el torneo de la regularidad sin una sola derrota. Estuvo a punto de lograrlo porque después de recibir al Real Madrid en el Camp Nou en un clásico descafeinado (el equipo blanco seguía vivo en Europa y el Barça había caído eliminado ante la Roma de manera sorprendente), los de Valverde viajaron a Valencia para enfrentarse a un rival teóricamente cómodo, el Levante. Sin embargo, el equipo ‘granota’ fue el encargado de firmar la primera y única derrota del Barça en todo el campeonato: 5-4, en un mal partido de la defensa del Barça (y especialmente del efímero Yerry Mina). 

El Barça concluiría la Liga con una victoria ante la Real Sociedad (1-0) que pasaría a la historia por ser el último de Andrés Iniesta con la camiseta del Barça. El público del Estadi y sus compañeros lo despidieron por todo lo alto. 

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EL BALANCE

Ernesto Valverde, que vive su tercera temporada en el banquillo del Barça, es un entrenador absolutamente condicionado por la exigencia del club en la Champions: sus resultados en los torneos domésticos no admiten discusión, pero el papel de su Barça en Europa está manchado por dos derrotas incomprensibles (primero en Roma, en la temporada 2017-18 y luego en Liverpool, 2018-19). Más allá de los resultados, Valverde podría ser calificado como el entrenador del ‘seny’: no se le recuerda una salida de tono ni una decisión especialmente extravagante. Ha logrado que el vestuario le vea como un aliado y esta temporada está ofreciendo su versión más atrevida, apostando firmemente por un chaval de 16 años -Ansu Fati- y sentando a jugadores que parecían intocables, como Busquets o Rakitic. 

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EL SUEÑO DEL ARCOIRIS ES REAL

El corredor más versátil de la historia del ciclismo español tenía un sueño pendiente en forma de maillot arcoíris. Alejandro Valverde ya había hecho podio en las tres grandes, amén de coleccionar infinidad de victorias, pero el campeonato del mundo se le resistía una y otra vez. Había ganado dos medallas de plata y cuatro de bronce  (entre ellas, la de Florencia en 2013, cuando Rui Costa se impuso a ‘Purito’ Rodríguez y al propio Valverde en un final que el combinado español no gestionó bien) pero el oro parecía ya una quimera. 

A sus 38 años, Valverde se presentaba en Innsbruck (Austria) dispuesto a aprovecharse de las ventajas que le ofrecía el circuito, de 265 kilómetros y con una ascensión final muy dura, con rampas del 30 por ciento. Sería precisamente en esa ascensión final donde empezó a forjarse el triunfo de Valverde pese al intento de los franceses (Bardet, Pinot y Alaphilippe) de controlar la carrera. Dumoulin se unió al grupo de aspirantes que alcanzaron el último kilómetro de carrera destacados. La victoria era cosa de cuatro: Valverde, Dumoulin, Bardet y Woods. A falta de 300 metros para el final (antes de lo previsto), Valverde esprintó. Nadie pudo con él. Bardet fue segundo y Woods, tercero. El murciano cruzó la meta prácticamente bañado en lágrimas. «Esta victoria es para todo el que me quiere», dijo poco después.