Ronaldinho devolvió la sonrisa

2003

2003 / sport

Lluís Payarols

- La tarde del 21 de Julio, 25.000 aficionados se dieron cita en el Camp Nou para recibir a una estrella que marcó época

- Fue la apuesta de Laporta como primer fichaje mediático tras su triunfo electoral

Desde comienzos de los 90, el Barça apostó por grandes figuras del fútbol brasileño. Primero fue Romario de Souza, en la época del Dream Team. Después, Ronaldo Nazário vivió un paso efímero pero contundente. Luego llegó un especialista a balón parado como Rivaldo. Y en 2003, el vestuario local del Camp Nou abrió una taquilla nueva con magia brasileña.

Su inquilino era la primera gran apuesta de un presidente recién llegado, Joan Laporta: Ronaldo de Assis Moreira. Para el mundo del fútbol, siempre Ronaldinho Gaúcho.

25 millones de euros fueron suficientes para convencer al PSG, su club de procedencia, pese al interés del Manchester United por contratarlo para cubrir la ausencia que dejó David Beckham, también objeto de deseo de Laporta, pero finalmente fichado por el Real Madrid.

El duro trabajo del entonces nuevo vicepresidente del Barça Sandro Rosell dio sus frutos y Ronaldinho comenzó a escribir sus primeros renglones como blaugrana, siendo la pieza sobre la que debía girar el ‘círculo virtuoso’ que buscaba trazar la renovadora junta directiva.

No fue la única llegada a aquel Barça. Frank Rijkaard fue el nuevo entrenador y estuvo en el club las mismas temporadas que el crack brasileño, desde la 2003-2004 hasta la 2007-2008.

También se fichó a futbolistas como el meta Rustu Reçber, los defensas Mario –testimonial, solo jugó dos partidos–,Márquez y Van Bronckhorst y los extremos Quaresma y Luis García.

Pero todo orbitaba en torno a un futbolista que muy pronto se convirtió en ídolo de la afición, que arrasaba en la ‘Botiga’ llevándose su camiseta e imitaba sus gestos. Fue una bocanada de ilusión para un barcelonismo que venía de años de sequía. Y más cuando a partir de la campaña 2004-2005 el ‘10’ comandó una etapa de éxitos.

Dos Ligas, dos Supercopas de España y, sobre todo, la Champions de París marcaron una época en la que, además, levantó su único Balón de Oro, en 2005, y puso en pie al Bernabéu con una exhibición en un Real Madrid-Barça.

Sus últimos tiempos no fueron brillantes, cada vez más alejado del campo y más pendiente de sus devaneos nocturnos. Pese a ello, nadie podrá olvidar la magia que el ‘Gaúcho’ desparramó cuando vestía la camiseta del FC Barcelona. Fue el primer virtuoso del mandato de Joan Laporta.

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¿QUÉ FUE DE ÉL?

En enero de 2018, Ronaldinho puso punto final a su carrera en los terrenos de juego. Se resistió a colgar las botas pero finalmente decidió que su momento llegó ese año, después de estar inactivo desde septiembre de 2015 cuando finalizó su vinculación con el Fluminense.

El brasileño nunca olvidará aquel Gamper que disputó en el Camp Nou en su etapa en el Milan, cuando Puyol le invitó a fotografiarse con el once blaugrana.

Flamengo, Atlético Mineiro y Querétaro fueron sus otros destinos. Por cierto, con el segundo de esos tres clubes, el de Belo Horizonte, ‘Ronnie’ logró conquistar la Copa Libertadores, con lo que se convirtó en el único futbolista de todos los tiempos capaz de conseguir en su carrera la Champions League, la Copa del Mundo, el torneo continental americano y el Balón de Oro. Un palmarés envidiable para un futbolista inolvidable.  

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¡Por fin campeones de Europa!

Era un título querido, deseado, perseguido durante años –que se lo digan a Aíto García Reneses–, incluso acariciado y quitado de las manos con polémicas como la de aquel tapón ilegal de Vrankovic a Montero en la final Panathinaikos-Barça de 1996.

Pero ese suplicio llegó a su fin en mayo de 2003. El conjunto blaugrana se proclamó campeón de la Euroliga en un abarrotado Palau Sant Jordi, tras una Final Four en la que superó primero al CSKA de Moscú (76-71) y después a la Benetton de Treviso (76-65).

Svetislav Pesic vivía su primera etapa al frente del banquillo blaugrana, con jugadores de la talla de Dejan Bodiroga, Juan Carlos Navarro, Sarunas Jasikevicius, Rodrigo de la Fuente, Nacho Rodríguez, Roberto Dueñas, Gregor Fucka y Patrick Femerling.

Un plantel que no solo logró aquel título, sino también la Copa del Rey –en febrero, en Valencia, derrotando en la final al Tau– y la Liga ACB, con un concluyente 3-0 en el play-off final frente al Pamesa Valencia.

Fue un triplete mágico en la mejor temporada de la sección de basket blaugrana. Años después, en 2010, con Xavi Pascual, también conquistarían Copa y Euroliga, pero fallaron en la Liga contra Baskonia.

Pero aquel año 2003 fue el de la consagración de un equipo que hizo vibrar como nunca a su afición, ganando los grandes títulos en juego. La mala noticia fue el adiós de Jasikevicius, pero se había vivido una campaña para la historia.