Un 'pibe' en el Estadi

1982

1982 / SPORT.es

Juan Manuel Díaz

- El sueño blaugrana de fichar a Maradona, iniciado desde su paso por el Camp Nou en 1979, fue realidad tras el Mundial

- El multimillonario fichaje de ‘El Pelusa’ completó una plantilla pensada para asaltar la Liga

El 1 de julio, el presidente Josep Lluís Núñez y Diego Armando Maradona posaban radiantes en la sala de juntas del FC Barcelona. Se cerraba uno de los fichajes más complicados de la historia del club y el más caro por aquel entonces: 1.200 millones de pesetas (7,2 millones de euros) para reclutar al mejor jugador del planeta.

La euforia del barcelonismo tenía sentido, tal como se había desarrollado el final de la temporada anterior. El equipo de Udo Lattek arrancó el año con la baja de Schuster, lesionado por Goikoetxea en San Mamés. Pese a ese y a otros problemas como el fracasado fichaje del brasileño Cleo, el Barça se mantuvo firme en su pulso con la Real Sociedad... hasta que llegó el hundimiento.

En la jornada 29, unos 10.500 eufóricos aficionados se desplazaron a Valencia para animar al equipo y Núñez les saludó desde el centro del campo... La derrota por 3-0 abrió una caída en barrena: 1-3 en el derbi ante el Espanyol, 3-2 en campo de Osasuna en el último minuto, 2-2 con el Athletic Club, derrota con el Real Madrid (2-1) y 2-2 frente al Betis. Adiós a la Liga que fue para la Real Sociedad. Los blaugranas habían sumado 2 de 12 posibles y desaprovechado una ventaja de 5. El consuelo, fue la conquista de la cuarta Recopa frente al Standard de Lieja con Migueli, Quini y Simonsen como héroes destacados.

El barcelonismo y Núñez necesitaban recuperar el orgullo perdido y eso pasaba por más fichajes. A cambio de 400 millones de pesetas (2,4 millones de euros) desembarcó una pléyade de internacionales españoles: Marcos, Julio Alberto, Pichi Alonso, Urbano y Periko Alonso.

Y la guinda era ‘El Pelusa’, el mejor futbolista del mundo, con una zurda de oro y un carisma que convertían al Barça en el equipo más universal y envidiado del planeta. A nivel patrimonial, el club crecía con la inauguración del Mini Estadi el 23 de septiembre y vivía momentos históricos como la misa ofrecida por el papa Juan Pablo II en el Camp Nou, ampliado para la celebración del Mundial de España 82.

La realidad fue cruel, una vez más. El 5 de diciembre, Diego se retiró en el último minuto del Barça-Real Sociedad con un golpe en el tobillo. En el proceso de recuperación se le detectó una hepatitis vírica que lo mantendría tres meses de baja, hasta marzo. Era la punta del iceberg de los problemas extradeportivos asociados al genial futbolista argentino. Admirado por su fútbol, venerado por su carga simbólica por muchos, el paso de ‘El Pibe’ por el Camp Nou fue agridulce. 

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¿QUÉ FUE DE ÉL?

Maradona vivió en Barcelona dos años marcados por picos brillantes y momentos oscuros como la hepatitis o la lesión de tobillo; por su campaña antidroga -»Si te ofrecen, di simplemente no»- que contrastaba con sus primeros flirteos con los estupefacientes. El Barça vivió con alivio su pase al Nápoles y fue una bendición para la afición del San Paolo, que todavía le venera.

Diego tocó el cielo a nivel de clubs (Scudetto, Copa de la UEFA) y también de selecciones (México 86) hasta que sus problemas con las drogas dañaron definitivamente su físico y su carrera deportiva con el positivo en el Mundial de EE.UU. 94. Como técnico entrenó en Argentina, incluida la selección albiceleste (2008-10), Emiratos Árabes y México (Dorados de Sinaloa) antes de hacerse cargo en 2019 del Gimnasia y Esgrima de La Plata.

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BARCELONA, CAPITAL MUNDIAL DEL FÚTBOL

El 13 de junio se inauguró en el Camp Nou el España 82. La Copa del mundo del ‘Naranjito’, la curiosa mascota que simbolizó el torneo, arrancó con sorpresas como la paloma de la paz de la coreografía inicial -SPORT alquiló un helicóptero para realizar la cobertura gráfica- o la victoria de Bélgica (0-1) sobre la vigente campeona, la Argentina de Maradona quien semanas más tarde firmaría como blaugrana. 

La Italia de Paolo Rossi se impuso en la final a Alemania (3-1) tras dar la campanada al eliminar a la maravillosa Brasil de Zico, Sócrates y Falcao (3-2) en la segunda fase. El italiano, autor de un hat-trick ganó la Bota (6 goles) y el Balón de Oro de la competición. Los germanos habían tumbado a la excelente Francia en una semifinal marcada por la patada en la cara del portero Schumacher a Battiston. España, entrenada por José Emilio Santamaría y con figuras como Quini, Camacho, Arconada, Juanito, Alexanko, Zamora o Santillana defraudó, eliminada en la segunda fase sin ofrecer fútbol ni resultados.